Hay una creatividad difícil de negar en la creación del argentino Luis Ortega. De inicio varias tomas podrían parecer solo un capricho estético,un ejercicio de estilo para que Ortega nos enseñe tu madurez como cineasta. Pero no es con tomas bonitas que se muestra la maestría de un cineasta, sino con su habilidad para narrar y maniobrar los temas. Con El Jockey no solo vemos un director más maduro y competente, sino también más arriesgado que nos brinda una retrato sobre el performance sexual y los actos transitivos de género con mucha sensibilidad pero, sobre todo, creatividad.
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¿De qué trata El Jockey?
En esta cinta conocemos a Remo Manfredini (Nahuel Pérez Biscayart), un jockey legendario pero cuyo comportamiento autodestructivo comienza a hacerlo perder y, además, amenaza su relación con su novia Abril (Úrsula Corberó, espectacular). Tiene deudas con un jefe de la mafia llamado Sirena (Daniel Giménez Cacho), y el día de la carrera más importante de su vida (que lo liberará de sus problemas financieros) sufre un accidente casi fatal. Desde aquí empieza un viaje casi onírico donde nuestro personaje se transforma.

Justo antes de esta gran carrera Ortega nos regala una de esas escenas que parecieran caprichosas, casi como un comercial, con espacios liminales y bailes bien coreografiados. Está perfectamente medido como una especie de preámbulo del caos que se avecina. Y luego, cuando Remo escapa del hospital camina a una farmacia y se pesa en una báscula. Marca cero. Pareciera un fantasma que vaga sin rumbo por la ciudad.
¿Qué nos pareció?
Al inicio Remo habla con su amada Abril, y le pregunta qué tiene que hacer él para que lo ame y para que ella le de un hijo, Abril contesta: “Nacer de nuevo”. Desde tu accidente pareciera empezar este proceso. Su aspecto va cambiando paulatinamente y te das cuenta que en Remo ya hay alguien más.
Sumando a esto, la policía busca a Remo pero también el Sirena y la misma Abril. En una escena el Sirena carga a un bebé en brazos y pronuncia la frase “Hay que volver a la violencia”, justo cuando el pequeño rompe en llanto. Para el Sirena tener control de Remo es esencial, como empleado, pero también simbolizando el control patriarcal sobre las mujeres, aún las mujeres trans. Mientras que Abril lo busca para decirle que está embarazada, hacia el final la petición de nacer de nuevo que hace Abril, cobra mucho más sentido pero preferimos ahorrarnos el spoiler.

Adentrarse en El Jockey es una experiencia estimulante, donde se exploran las actitudes de violencia contra los performance sexuales poco comunes, pero también resulta un acto de liberación tan encantador como poderoso.
En cines a partir del 6 de diciembre.
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