El actor, director y guionista mexicano, Humberto Busto, saltó a la fama gracias a trabajar en la película Amores Perros (2000), dirigida por Alejandro González Iñárritu, y desde entonces ha participado en numerosas producciones tanto en cine, teatro y televisión. Entre los trabajos más destacados está: El Chapo, Diablero, Oso Polar (2017) y Morirse en Domingo.
Busto acaba de ser nominado al premio Ariel y a la par estrenó la serie Tengo que morir todas la noches en la plataforma Amazon Prime Video, la cual se ha mantenido en el top de lo más visto.
Time Out México platicó con Humberto Busto, quien hace un par de años dirigió y escribió el cortometraje La teta de Botero.
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¿Qué sientes de la nominación a mejor coactuación masculina en el Ariel?
Es un momento particular porque se juntan varias coordenadas y se siente muy lindo. Uno está trabajando en ciertos proyectos, pero no sabes exactamente cuándo se van a estrenar y qué va a suceder con ellos. Es una linda época. La película Martínez aún no se estrena comercialmente, ha costado muchísimo trabajo lograrlo, entonces, espero que las nominaciones generen una posibilidad de distribución porque una película lindísima que, cada que la proyectamos logra conectar con la gente. Esta es mi tercera nominación el Ariel y me pone muy feliz.
¿Qué opinas de que ha sido el boca en boca de la gente lo que ha logrado que la serie "Tengo que morir todas las noches" sea una de las producciones mexicanas más vistas y aclamadas por el público?
Si te soy muy sincero, nunca me había pasado con una serie algo similar, en verdad estoy muy impresionado y emocionado por el amor del público a este proyecto, pero lo entiendo. Yo la he visto completa y, a pesar de trabajar en ella, cada capítulo me generaba miles de emociones. Conecté con todos los personajes y su trayecto por la serie. El mensaje final te deja con una sensación de regocijo, de tristeza, de celebración, de dolor; eso me pareció muy significativo.
La cantidad de personas que se me han acercado con esta misma sensación de conexión es sorprendente. Mucha gente me ha dicho que la vieron de principio a fin: algunos me confesaron que lloraron, otros que se sintieron reflejados. Hay heridas que todo el colectivo tenemos en común, cosas que nos atraviesan, cosas que nos han dolido y cosas que no entendemos. Me atrevo a decir que nunca habíamos tenido un proyecto que nos representara como lo ha hecho esta serie.
Lo que me impresionó de la historia es que habla de calles, lugares y rincones de CDMX y que estos nos relaten lo sucedido es algo que no encontramos todos los días, ¿Cómo fue que la ciudad fuera otro personaje?
El libro es una crónica impresionante de toda la contracultura, de todo el chisme y desmadre que había en ese entonces. Yo siento que este es un ejercicio en el que se reivindica el presente a través del pasado. Esta es una celebración de nuestra propia diversidad. Cuando ves la serie, rememora esos periodos y toda la estructura machista gubernamental de opresión que existía particularmente en ese momento, era muy grande, es decir estaba sucediendo esto dentro del "Nueve", pero afuera se estaba viendo asesinatos a gente por el simple hecho de ir tomados de la mano. Hombres ligeramente afeminados eran metidos a la cárcel y torturados. La colonia Juárez era una unión de clases sociales que estaban guiadas por la religión y se sentían totalmente amenazadas con la presencia de un lugar como este. Si a esto le sumamos la llegada del SIDA pues generaba una doble violencia no sistémica.
Es una serie coral en la que tenemos variedad de personajes. ¿Cómo fue trabajar en una producción cargada de diversidad?
Una cosa que no sucede muy a menudo es la posibilidad de colaborar en la construcción de los guiones y los personajes. Eso es algo que se dio en una coordenada muy especial, entonces siento que también hay muchos aportes de cada uno de nosotros a cada una de las líneas de los personajes. La serie estilísticamente es muy luminosa. Estás viendo cosas muy dolorosas, pero todo tiene una visión clara y muy linda que acaba siendo como un mosaico enorme de lo que somos con distintas edades, diversidades e identidades. Es un mosaico queer placentero con cierto guiño al presente para que se sientan representados, aunque sea una historia del pasado.
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