Nuestras películas favoritas de directoras
Foto: Cortesía
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Nuestras películas favoritas de directoras

14 películas de 14 directoras que amamos. Muchas de ellas han cambiado la historia del cine. ¿Cuáles faltan?

Ángel Arroyo
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Cuando volteamos a ver la historia del cine las mujeres directoras están muy presentes. Durante décadas el canon, las academias, premios y festivales las ignoraron, pero desde el inicio tuvimos a genias como Alice Guy-Blaché (pionera que empezó incluso antes de George Melies). Justo como un ejercicio de memoria pero también en un esfuerzo de visibilización tomamos a algunas de las directoras más influyentes e importantes de todos los tiempos y escogimos una de sus películas (un trabajo difícil dada toda su producción) para que las conozcas (si es que aún no lo haces) y le entres al cine hecho por mujeres. No creemos poder abarcarlo todo pero, dinos, ¿Qué películas y directoras nos han faltado?

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Las mejores directoras de cine que debes conocer

Rostros y Lugares (Agnès Varda, 2017)

¿Cómo empezar con Varda? Es una de las directoras que más amamos de la historia, en parte por su cine que empezó a definir la Nueva Ola Francesa incluso antes de Godard, lleno de experimentación y de una mirada necesaria ya que retrataba experiencias ignoradas por sus compañeros varones. 

Pero también la amamos por su carácter, que buscaba entender desde lo profundo a quienes estaban frente a su cámara. Esto se ve con claridad en Rostros y Lugares, un documental en el que forja una colaboración inesperada con el fotógrafo JR al embarcarse en un road trip único. En el camión de JR, equipado con una cabina fotográfica, exploran los pueblos de la Francia rural y sacan retratos de sus residentes que luego amplían en murales gigantes. Creemos que esta cinta es perfecta para conocerla a ella y a su cine. 

En Apple TV (Renta)

Bella Tarea (Claire Denis, 1999)

Bella Tarea de Claire Denis puede ser algo desafiante de inicio por su ritmo. Es lenta y aparentemente inconsecuente pero si le tienes paciencia y disfrutarás de uno de los grandes finales de todos los tiempos. Aquí un sargento de la Legión Extranjera en Djibouti, África, siente atracción, luego celos y, finalmente, odio por uno de sus soldados más sobresalientes. El enfrentamiento entre los dos hombres se convierte en la única guerra concreta para ellos, sumergidos en el tedio del entrenamiento y los rituales cotidianos de los militares en tiempos de paz. Acaba siendo una exploración profunda sobre (curiosamente) la masculinidad pero también los rituales humanos sobre el poder. 

En MUBI.

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Yo, tú, él, ella (Chantal Akerman, 1974)

Julie, una mujer solitaria, atraviesa tres fases emocionales: la subjetividad, el encuentro con el otro y, finalmente, la relación. Entre actividades repetitivas y silencios cargados, el viaje culmina en una provocadora escena íntima. Akerman se sumerge en una exploración radical de la identidad y el deseo, que, creemos, solo alguien como ella podía dar. Según Sigh and Sound otra de sus películas, Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles, es la mejor de la historia. Pero para nosotros es la mejor para entrarle a su cine, aunque si quieres ver Jeanne Dielman también es un deleite. 

En YouTube.

Redes en el atardecer (Maya Deren, 1943)

Una mujer recorre el laberinto de sus sueños, donde los objetos cotidianos se tornan inquietantes. Entre bucles visuales y simbolismos, Maya Deren transforma lo ordinario en surreal, dejando una huella indeleble en el cine experimental. Sin duda Deren es de las grandes cineastas estadounidenses de la historia.

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A Child’s Sacrifice (Alice Guy-Blaché, 1910)

La hija de un obrero en huelga intenta vender su muñeca para comprar medicina a su madre enferma. Un encuentro fortuito con el dueño de la fábrica desencadena un inesperado desenlace, fusionando ternura y crítica social en este conmovedor relato. Esta cinta la hizo Alice Guy-Blaché después de tener a su hijo y era imposible dejar de lado a esta pionera. 

Atlantics (Mati Diop, 2019)

Ada, prometida a un hombre que no ama, sufre la pérdida de Souleimane, el joven que realmente habita su corazón. Pero las almas de los trabajadores desaparecidos en el mar regresan para reclamar justicia… y para que el amor trascienda la muerte. Diop se ha vuelta de las cineastas contemporáneas más propositivas y sin duda queremos seguir viendo su obra. 

En Netflix.

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Zama (Lucrecia Martel, 2017)

Don Diego de Zama, un oficial español del siglo XVII, aguarda ansioso su transferencia a Buenos Aires. Entre burocracias y silencios, su vida se desmorona mientras persigue a un bandido en un intento desesperado por redimirse y recuperar su identidad. Lucrecia Martel se caracteriza por retratos sobre el tedio y esta bien podría ser su obra maestra. Lenta pero es la clase de cine a la que tienes que entrarle con mucha pasión y paciencia.

Tenemos que hablar de Kevin (Lynne Ramsay, 2011)

Eva, una escritora de guías de viaje, decide tener un hijo, Kevin, pese a sus dudas. Pero la maternidad se convierte en una lucha silenciosa cuando el comportamiento inquietante de Kevin crece con los años, conduciendo a una tragedia imposible de ignorar. Es aterradora de una forma poco descriptible en palabras y Ramsay es una directora que sabe, como pocas, contártelo todo con imágenes (como debe de ser al hacer cine).  

En MUBI.

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Titane (Julia Ducournau, 2021)

Un joven con la cara golpeada es descubierto en un aeropuerto. Dice llamarse Adrien Legrand, un niño que desapareció hace 10 años. Para su padre, Vincent, esto supone el final de una larga pesadilla y lo lleva a casa. Por otra parte, en la región se han sucedido una serie de horribles asesinatos. Como ya lo había hecho en Voraz (2016) habla sobre el despertar sexual desde el género del horror y lo hace de una manera muy propositiva. 

En MUBI.

Tótem (Lila Avilés, 2023)

Sol, de siete años, vive el caos de los preparativos para la fiesta sorpresa de su padre. Mientras la familia se desmorona poco a poco, la niña descubre la importancia de soltar y abrazar lo incierto como parte de la vida. La sensibilidad de Avilés nos parece irreprochable. Su forma de retratar un mundo de dolor en torno a una niña te rompe el corazón pero a la vez es muy familiar. Sin duda Avilés es de las mejores directoras contemporáneas en México. 

En Netflix.

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Petite Maman (Céline Sciamma, 2019)

Nelly, tras la muerte de su abuela, deambula por el bosque donde su madre jugaba de niña. Allí conoce a otra niña idéntica a ella y juntas construyen una cabaña… mientras un secreto extraordinario va emergiendo entre juegos y confidencias.

En Max.

Las niñas bien (Alejandra Márquez Abella, 2018)

Sofía y sus amigas, envueltas en lujos y tradiciones, ven tambalearse su mundo cuando la crisis económica golpea. Entre apariencias y aspiraciones, las reglas no escritas del clasismo se vuelven imposibles de ignorar. Márquez Abella ha tenido una carrera importante desde entonces y esta es nuestra película favorita. 

En MUBI.

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Sin señas particulares (Fernanda Valadez, 2020)

Magdalena emprende un viaje desgarrador a través de México en busca de su hijo desaparecido. A pesar de las advertencias, su esperanza la guía por territorios marcados por la violencia, donde cada pista, por mínima que sea, puede revelar la verdad.

En Prime Video.

Lady Bird (Greta Gerwig, 2017)

Christine, o “Lady Bird”, sueña con dejar Sacramento y forjar su propia identidad lejos de su madre. En su último año de instituto, entre rebeldías y descubrimientos, lucha por hallar su lugar en el mundo. Esta cinta lanzó a Greta Gerwig a producciones más grandes pero justo al ser de las que más libertad creativa tiene nos ofrece una mirada divertida y muy amena que nos encanta. 

En Prime Video. 

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