La animación en stop-motion sigue demostrando su magia y capacidad con Memorias de un caracol (Memoir of a Snail), el nuevo filme del ganador del Oscar Adam Elliot. Esta película australiana, hecha completamente con plastilina, narra la historia de Grace y su hermano Gilbert Pudel, dos niños que enfrentan la muerte de sus padres y el dolor de crecer separados en el Melbourne de los años 70’s. Toca temas como la depresión, el duelo, la soledad y la búsqueda de identidad y ha logrado conquistar a buena parte de la crítica y público internacional. Ahora finalmente llega a cines en México.
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“Me encanta que mi personaje llega a un autodescubrimiento personal”, comenta Emilio Treviño, quien da voz a Gilbert en la versión doblada al español. “Gilbert aprende a abrazar quién es realmente, a pesar de sentir que el mundo está en su contra. Es una lección sobre la importancia de aceptarse a uno mismo”.
Uno de los aspectos más fascinantes de Memorias de un caracol es su proceso artesanal. La película fue creada completamente a mano: cada personaje, escenario y movimiento fue esculpido y animado cuadro por cuadro. “Crear un solo segundo de la película requería hasta 24 tomas”, explica Treviño. “Nada fue creado por computadora. Me parece increíble que podamos encontrar un producto orgánico en la cartelera. La animación sigue renovándose, y me ha tocado estar en películas que forman parte de ese movimiento. Eso es lo que me interesa destacar más que el hecho de que ganen algún premio”.
La obra de Elliot no solo destaca por cómo se ve, sino también por su narrativa. Tiene un característico humor ácido pero con un enfoque que evita clichés, el director aborda temas difíciles sin suavizarlos, lo que no lo hace inaccesible para infancias, de hecho es una gran forma de presentarles estos tópicos. “Es que la película es tan inteligente que juega al “¡El que entendió, entendió!” Elliot presenta la crudeza tal cual es, sin importar que incomode”, afirma Treviño.
Además de ser una experiencia visual, es un recordatorio de la importancia de preservar el stop-motion. En una industria cada vez más inclinada hacia lo digital, Memorias de un caracol brilla como un homenaje al trabajo meticuloso y al cine como una forma de arte que celebra la imperfección y la humanidad en cada cuadro.
Dir. Adam Elliot. Australia, 2024. Con Cassandra Ciangherotti, Magda Giner y Emili Treviño. Estreno jue 20.
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