María Mercedes Coroy llega a las salas mexicanas con La Llorona

Mientras Enrique Monteverde, un el general retirado enfrenta un juicio en Guatemala por el genocidio que realizó en los ochenta contra comunidades mayas, una misteriosa mujer llamada Alma llega a su casa para ayudar en las labores domésticas. Enrique escucha un fuerte llanto todas las noches y su familia cree que se trata de demencia ocasionada por el Alzheimer que sufre. Cosas extrañas empezaran a ocurrir en el hogar de los Monteverde y nosotros seremos testigos gracias al estreno de la película guatemalteca La Llorona de Jayro Bustamante, la cual ha tenido éxito y aplausos alrededor del mundo.

Alma es interpretada por la actriz de origen maya cacchikel María Mercedes Coroy, quien ha usado su fama para exigir los derechos de las mujeres indígenas de Latinoamérica. Para conocer más sobre su papel, su experiencia y sus ideales, platicamos con ella previo al estreno de La Llorona.

La Llorona estuvo nominada en los premios Golden Globe, Critics Choice, Goya, Satellite Awards y recientemente en los Platino, con 11 nominaciones. ¿Cómo has vivido todo esto?
Feliz por todo lo que se ha logrado, también por la llegada del filme a México. Al principio nos imaginamos que tendría buena aceptación en Guatemala, pero cuando se mostró a nivel internacional recibimos comentarios positivos, no solo en mi país, sino en todas partes. Ahí nos dimos cuenta que hicimos una historia para cada país, universal, porque todos han vivido el conflicto. Historias que no se cuentan o se niegan contar. La película es una arma poderosa para entablar una conversación.

¿Qué representa para ti la leyenda de La Llorona?
Es una leyenda misógina porque vuelve a insultar a la mujer. La hace menos y toma el papel de mala por eso, con la película, buscamos darle un enfoque distinto en el que ella es la heroína que clama por sus hijos y llora por la justicia. Ella no mató a sus hijos, le fueron arrebatados. Entonces queríamos hacer valorar a la mujer, su esfuerzo y fuerza.

Foto: Cortesía de la producción.

El director Jayro Bustamente declaró recientemente que en Guatemala se vive con miedo. ¿Estás de acuerdo con esto?
El real, se nos ha inducido mucho y tenemos miedo a enfrentarnos. Por ejemplo, en Guatemala ser mujer es malo, pero es peor ser mujer indígena, nos han metido miedo para decir “No puedo”. No podemos ser doctoras, artistas, escultoras, nada; porque la región es muy machista y te hace menos, nos desvaloriza. Me pasó a mí, en la primera película que trabajé con Jayro, Ixcanul, le dije: ¡No puedo!, ¡tengo miedo porque no soy capaz! Él me dijo: María, tu puedes, yo sé que puedes, tienes mucho talento. Entonces ahí me di cuenta que tenía penetrado el miedo. La única manera de terminar esto es enfrentarte al miedo, encararlo y decirle que no nos va a ganar. Eso hago siempre y me ha funcionado.

¿Al rodar este filme a qué miedo te enfrentaste?
A nivel producción nos pidieron que paráramos la película en pleno rodaje. Decían que estábamos organizando manifestaciones y movimientos en contra del estado cuando lo que hacíamos era solo una película. Recuerdo que durante casi dos semanas estuvieron muy insistentes de que nos querían meter multas por todo y decían que no teníamos permisos porque lo que hacíamos cosas ilegales. Fue un reto para todo el equipo porque no contábamos con esta situación, pero logramos superarlo y terminar esta película.

Trabajaste con Jayro Bustamante en su ópera prima. Desde tu experiencia, ¿cómo ha crecidoo como director?
Estaba muy emocionada, porque si con Ixcamulsu talento era grandioso, ver cómo ha ido creciendo en esta industria y no le da miedo tocar temas escabrosos. Entonces vemos su capacidad, esfuerzo y esmero por hacer cine con contenido. Realiza las cosas porque tiene esa chispa que no muere y que nunca se apaga. Por eso él sigue creciendo. Es un ser humilde y honesto, él hace que te sientas cómoda al trabajar a su lado.

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