Los setenta en la Ciudad de México fueron bastante peligrosos por lo que se necesita de la ayuda de un detective como Belascoarán Shayne quien, aunque es nuevo ejerciendo la profesión, es demasiado inteligente y metódico, lo cual lo convierte de inmediato en la pesadilla de los asesinos seriales y policías de la ciudad. Él es solitario y serio, pero comprometido al bien de todas las personas. Esta es la trama de la nueva mega producción de Netflix, Belascoarán, serie policiaca y dramática que nos lleva por la Ciudad de México que nunca hemos conocido, en una década pocas veces retratada. La producción está basada en las famosas novelas del escritor mexicano Paco Ignacio Taibo II que consta de siete entregas. Luis Gerardo Méndez se pone en la piel de este detective independiente junto con Paulina Gaitán, Irene Azuela y el colombiano Andrés Parra. A propósito de esto, platicamos con Luis Gerardo Méndez sobre este nuevo trabajo.
Al inicio de la serie, Héctor Belascoarán decide dejar todo para convertirse en un detective independiente. ¿Cuál ha sido el salto de fe más grande que has hecho tú?
Decidir ser actor. Vengo de una familia de médicos de Aguascalientes, que es conservadora, católica y cuando les dije que quería ser actor me dijeron: te vas a volver drogadicto y te vas a morir de hambre. Entonces fue como: ok, es su opinión, pero yo lo haré y me vine a la Ciudad de México sin tener la idea que iba a hacer acá, no conocía a nadie, no sabía nada. Existen historias de actores que sus padres estaban en el medio o conocían a alguien, pero yo llegué con mis cajas de aceite capullo preguntando, ¿Sabe dónde una se puede hacer actor?
¿Ese detalle te hizo comprender mejor al personaje?
Claro, ese y que él se encuentra en una crisis de mediana edad y yo también. Estoy en ese momento donde empiezo a preguntar muchas cosas: ¿Qué hacemos? ¿Para qué? Entonces me parece interesante conectar y escucharla, qué es lo que hace Héctor.
¿Esta crisis te llevó a hacer el crossover de tu carrera?
No, fíjate que eso viene más a la curiosidad que siempre he tenido a ver y aprender cómo se filma, no solo en Estados Unidos, quiero ver lo que se hace en España o trabajar en Argentina con puro actor de por allá, ¿Cómo se hace una serie de 8 millones de dólares por episodio? Entonces ha sido emocionante presenciar alguna de estas cosas. Eso y también explorar personajes distintos, entender y sentir otros dilemas humanos.
Justo recuerdo cuando te entrevisté por la primera temporada de Club de Cuervos, la primera serie original mexicana en Netflix y ahora esta nueva aventura con estilo totalmente distinto, pero en la misma plataforma, ¿Qué ha sucedido en ti durante estas dos etapas? ¿Cuál es el cambio más grande que has sentido?
Muchísimas cosas, ¿Quieres que sea una respuesta de dos horas? Lo primero que me viene a la mente es la confianza que he obtenido con el paso del tiempo. Ahora me acerco con seguridad a platicar con el director y decirle, oye, creo que no me quedó, ¿Podemos hacer otra escena? Eso ofende a los directores porque creen que yo les estoy dando órdenes, pero esa seguridad sin arrogancia hace que podemos volver a hacer y que se note que había algo más que en la otra no estaba. Cuando yo estaba empezando jamás me pasó por la cabeza decir algo parecido a un director, pero tantos años trabajando hace que veas las cosas de una manera distinta, antes era como, yo soy actor y sigo las órdenes del director y ahora lo veo como una colaboración entre todos. Me gusta buscar directores, productores, actores con los que se siente que es una colaboración de todos.
Hablando de colaboración, ¿Cómo fue trabajar con Ernesto Contreras, Hiromi Kamata y Gonzalo Amat?
Fue increíble porque cada uno aportaba algo fantástico. Gonzalo es muy bueno dirigiendo acción y ya quiero que vean lo que hizo con su episodio, él tiene mucha experiencia trabajando en Estados Unidos haciendo secuencias de acción mientras Hiromi tiene una sensibilidad única al filmar, pero Ernesto es como el papá de Belascoarán en donde ambos fuimos bordando la historia, todo empezó de cero donde pimponeabamos referencias de cine negro Chinatown, LA Confidential, fue fantástico.
Necesito preguntarte por el acento de Héctor, ¿Cómo nació?
Esa fue una inquietud mía que al principio aterrorizó a todos los productores, pero me ha pasado muchas veces, cuando propuse el acento de Nuevo Toledo en Cuervos, todos estaban en contra y se convirtió en el sello. Luego en Narcos, donde era el de Ciudad Juárez que es tan específico. Vuelvo a la confianza que ya te había contado, es atreverte a hacer otras cosas y proponerlas sin quedarte callado, salirte de lo establecido y si alguien duda por riesgoso, no importa, tu hazlo. Belascorán es un chilango de los setenta y por supuesto no puede hablar como un actor que vive en condesa en 2022. Fue un reto crearlo porque lo que tenemos es el cine de los 70 y la manera en que hablan es teatral, muy exagerada. No encontraba piezas para lo que buscaba hasta que redescubrí al maestro Héctor Bonilla y le tomé prestadas muchas cosas, vi entrevistas de escritores y gente de sociedad de esa época hasta llegar al acento que tú oíste en la serie.
Pretendamos que estás en el mismo concurso de televisión en el que Belascoarán participa donde descubrimos que conoce muchos datos sobre crímenes y asesinos seriales del mundo, si tu estuvieras participando, que tema extraño elegirías para jugar y ganar, un tema que hasta te sorprende que sabes de más, ¿Cuál sería?
Esto me da pena, pero son dietas, es que en mi trabajo he tenido que cambiar tanto mi cuerpo, en Bayoneta debía obtener el cuerpo de un boxeador y luego un policía, donde tenía que bajar de peso, ahora engorda, ahora vuelve a tonificarte. Yo respondí la pregunta que me hiciste y tal cual no es el que más me interesa, pero si conozco demasiado. Cuando escucho gente hablando de Keto o Carb Cycling me entrometo y doy consejos, esa persona ya soy.