Leonardo Ortizgris no frena. Hace unas semanas se hizo de su primer Ariel a Mejor coactuación masculina por su interpretación como Benjamin Wilson en Museo, película que narra el gran robo que sufrió en Museo Nacional de Antropología en 1985, ahora presenta ¿Conoces a Tomás?, ópera prima de la cineasta María Torres sobre un chico que vive con el trastorno del espectro autista.
A propósito de su papel como Leo, un músico incomprendido, el actor mexicano nos habló sobre la importancia de tener un premio de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas en su librero, su proceso de investigacion sobre el autismo y por qué necesitamos tocar estos temas en el cine.
¿Cómo te sientes después de haber ganado el Ariel a Mejor coactuación masculina?
Muy contento, satisfecho. Más allá del galardón; me gustan este tipo de llamadas en la que la gente me felicita y me dice que lo tengo bien merecido. Es un estímulo; la pieza no deja de ser una pieza, pero todo lo que la rodea es lo que tiene sentido y significado.
¿Qué representa para ti haber ganado el Ariel en este momento de tu trayectoria?
Sería mentiroso decir que es solo una figurita que está en mi librero. Claro que representa, es una pieza que reconoce mi trabajo. Para eso soy actor, para contar una historia y que el otro la escuche, pero ojo, el premio no asegura nada más que mi propio esfuerzo.
Hablando sobre el próximo estreno de ¿Conoces a Tomás?, cuéntanos sobre tu personaje.
Leo es un músico incomprendido que intenta romper con las normas melódicas y estructurales de la música, pero sin una solvencia económica. Esto le trae problemas con su pareja, con su independencia y con su ser artista. Tiene un cuñado que es autista y no sabe cómo tratarlo, hasta que un día su novia tiene una cirugía de emergencia y debe encargarse de Tomás. Ambos nos empezamos a reconocer y comienza la aventura.
Foto: Alejandra Carbajal
¿Cómo fue involucrarse en la ópera prima de María Torres sobre un tema tan cercano para ella al tener un hermano con trastorno del espectro autista (TEA)?
El proyecto comenzó hace cinco años. María y Enrique Vázquez (productor) me mandaron un mensaje en el que me decían que querían conocerme porque habían visto mi trabajo en teatro. Nos vimos en un café y charlamos sobre el guion. Lo que llamó mi atención fue cómo María tocaba este tema en su proyecto, que más allá de una condición, habla sobre la amistad, el compromiso en pareja y el amor. Todos somos diferentes y esto es el protagonista.
¿De qué manera te documentaste sobre el TEA para la construcción de tu personaje?María nos conectó con la asociación CLIMA, que trabaja con chavitos con espectro autista; pero una vez que entré en esta dinámica, hablé con la directora y le dije que ya no quería asistir porque Leo ignoraba este tema; entre menos información tuviera, era mejor para mí. Conocí el contexto del autismo para poder involucrarme de manera más clara y directa con el proyecto, pero no por el personaje. Por eso decidí apartarme de este trabajo práctico. Además de que me hacía muchas preguntas de que existiera un espacio exclusivo para personas que viven en esa realidad. ¿Esa es la manera en la que estas personas pueden desarrollar sus capacidades? Me generaba muchísimas preguntas, así que mejor decidí irme por otro lado; acudí a experiencias narradas de gente que conocía o familiares de amigos que fueran autistas. Con esas experiencias desarrollé mi realidad.
¿Cuál fue tu mayor desafío en esta interpretación?
Siempre está en comenzar un nuevo proyecto y en encontrar su propia naturaleza. El planteamiento que Hoze Meléndez tuvo con su personaje de Tomás fue muy potente y bien construido; por una parte me ayudó para construir nuestra relación, pero por otro lado tuve que encontrar cómo me iba a relacionar con Hoze sin contar con los estímulos de la palabra y la mirada.
¿Por qué crees que nos cuesta tanto trabajo entender qué es el autismo?
Son varios factores. El espectro autista es tan amplio que, de pronto, es muy difícil detectarlo. Eso complica involucrarse en la aseveración de decir "este chico tiene autismo". La ignorancia nos aparta; de pronto no sabemos cuál es la manera de acercarnos a lo diferente. Uno prefiere no involucrarse. ¿Por qué, en vez de alejarme, no me aproximo al otro? Con esta película aprendí cómo una familia construye su entorno y se modifica a partir de situaciones como esta. Los prejuicios hacen que nos distanciemos e ignoramos la naturaleza del otro.
Recomendado: 30 películas mexicanas contemporáneas que nos enorgullecen.