En 1901, en una casa ubicada en lo que ahora es Plaza de la República, fueron arrestados y golpeados 42 homosexuales que celebraban una fiesta clandestina, uno de ellos era yerno de Porfirio Díaz, razón suficiente para eliminarlo de la lista de detenidos. Esos hechos trascendieron en la historia, por eso sorprende que ningún realizador mexicano haya volteado a ver “El baile de los 41”... hasta ahora.
La anécdota se nos presentó en pantallas este año bajo el guion de Monika Revilla y la dirección de David Pablos. A pesar de sus altibajos —como el débil arco del personaje central—, El baile de los 41 logró destacar por su diseño de producción, la dirección de actores y las interpretaciones en sí mismas, especialmente la de Mabel Cadena: su apropiación de Amada Díaz, que va del dolor a la frustración, seguro le valdrá varios premios en 2021.