Las Mejores películas de 2024

La película que logró que el público general se atreviera a ver una idea fantástica cargada de sangre, vísceras y cuerpos desnudos. Coralie Fargeat nos entrega un guión completamente original dedicado a criticar a Hollywood y la manera en que trata a la mujer. Demi Moore dando el trabajo más arriesgado de su carrera, mientras Margaret Qualley se corona como la futura reina de la industria. El último acto es puro gozo audiovisual. Coralie puso las reglas y al final rompió todos los límites para entregarnos algo que pondría orgulloso a Cronenberg. Provocadora, seductora, asquerosa, todo lo me recetó el doctor.

En un año con excelentes productos mexicanos como la incómoda Un Actor Malo o el sólido melodrama con crítica social Sujo, La Cocina se destaca por representar el fallido sueño americano que cada vez parece más lejano gracias a Trump. Alonso Ruizpalacios es un monstruo tras la cámara entregándonos las secuencias más alucinantes del año, hay un par de secuencias que no me he podido sacar de la cabeza desde que la vi. Sabemos que Rooney Mara y Raúl Briones son talento puro, pero la manera en que el realizador los aprovecha y exprime es digno de ser estudiado. Alonso nos entrega un ribeye que él mismo aplasta y golpea hasta convertirlo en papilla.

Más allá de ser la versión en drogas de Pretty Woman, lo que hace a Anora espectacular es que no le tiene miedo a señalar todo y reírse de ello. Una comedia oscura sobre lo que sucedería si el cuento de La Cenicienta sucediera en el Estados Unidos actual. Diálogos inteligentes entregados a actores capaces de proporcionarle magia a cada palabra. Sean Barker es experto en darle foco a talentos pocos explotados para llevarlos al cielo, pero Mikey Madison llega a la luna. Baker siempre obsesionado por mostrar lo que Estados Unidos suele esconder que puede ser tan perturbador como bello. La película que más me divirtió este año en el cine. Anora será recordada por muchos años.

La animación está implacable, demostrando que se pueden contar historias profundas y maduras que niños y adultos pueden disfrutar. Por un lado tuvimos la espectacular Robot Salvaje con un estilo único y por el otro la melancólica y dolorosa Memorias de una caracol que marca el regreso del australiano Adam Elliot. Pero fue la pequeña película letona, Flow, la que se ha robado el año. En ella seguimos a un gato tratando de sobrevivir a una inundación global que parece ha acabado con la humanidad. En su camino encuentra distintas especies de animales con las cuales tiene que aprender a llevarse a menos que quiera morir. Conforme avanza descubrimos que se habla de nuestros miedos e inseguridades, pero a pesar de todo esto es la cinta más bella que van a encontrar porque su mensaje principal es la empatía, hacer familia y esperanza. Flow es la pequeña película que conquistó al mundo.

Tenía mucha curiosidad en conocer el próximo trabajo de Edward Berger después de arrasar en el Oscar con Sin novedad en el frente, pero no me imaginé que entregaría algo igual o superior con Cónclave,  película en la que explora los rituales detrás de la elección de un nuevo Papa. Lejos de ser un proceso de fe, se convierte en una pelea sucia llena de chantajes por obtener el poder. Ralph Fiennes es siempre excelente, pero aquí nos entrega a un cardenal sin esperanza que ya no cree en las cosas a las que le entregó su vida, descubrir que todos son una bola de traicioneros interesados lo tiene cansado y ahí es donde radica la magia de esta película. Jamás me imaginé que una película situada en el vaticano me pusiera tan nervioso, pero la manera de llevar el ritmo e irlo elevando es para ponerle un altar. Aleluya por esta película.

En este momento ya se ha dicho bastante de Emilia Perez, nada de lo que mencione es algo nuevo. Es irresponsable, romantiza el crimen organizado, tiene los peores diálogos del año con actrices que hablan terrible español, sin intentar acercarse al acento mexicano porque aunque la película se desarrolla en CDMX no hay ningún interés por parte del director (Jacques Audiard) por entregar una versión cercana a la realidad ya que no le importo investigar nada de la situación o del país. La película ha causado una fascinación en Europa por parecerles interesante la manera en que promueven los clichés y estereotipos mexicanos, por esto y muchísimas cosas más es que Emilia Pérez entra en la lista de los peor del año.

Como ya lo había mencionado este año tuvimos grandes películas animadas, pero obvio que se siguieron produciendo esas de cajón que solo sirven para sacarle dinero a los papás, como la insípida Garfield o la ya cansadísima cuarta entrega de Mi Villano Favorito, pero si una se va a llevar el lugar de lo peor del año es la secuela de Moana. Cinta que no aporta nada, que no contiene un momento que le dé razón de existir y ninguna canción vale la pena oír. Es más divertido ver como crece una piña que esta película que nació solo para generarle ganancias a la casa del ratón y vaya que cumplió su cometido por que es de los estrenos más taquilleros del año, lo siento por todos los papás que fueron a verla.

Hollywood en 2024 nos entregó películas con presupuestos ridículamente altos, pero vacías por dentro. La peor de todas es Borderlands, mucho ruido por fuera y absolutamente nada por dentro. Aburrida, sin emociones, sin identidad, una fotocopia de todo lo que ya hemos visto en el cine comercial. Eli Roth quería hacer su Star Wars, pero crear una saga como esa se necesita más que una atascadero de efectos especiales. Lo peor de todo es desperdiciar el talento de Cate Blanchett, Jamie Lee Curtis, Edgar Ramírez, Jack Black, hasta me hizo sentir lastima por Kevin Hart.

Una película escrita, dirigida y protagonizada por Jerry Seinfeld, ¿Dónde firmo? Lo malo es que no es el Jerry de los 90, es el Jerry actual que parece olvidó hacer reír. Es una sátira de la creación de las Pop-Tarts que jamás se  entendió a sí misma y solo se cuelga del talento de su gigantesco elenco (Melissa McCarthy, Hugh Grant, Amy Schumer, Peter Dinklage, Maria Bakaloba, etc.) Que desperdicio de talento y tiempo.

El quinto lugar fue difícil porque tenemos la insípida película mexicana Entra en mi vida y la horrorosa Canta y no llores, pero esta película es lo suficientemente mala para obtener su lugar. Nos cuenta la historia de ascenso y descenso del grupo de inicio de los noventa, Locomia, una cinta fría, sin nada que aportar y que le tiene miedo a ser real. Locomia, como grupo,  fue transgresor, rompió barreras y llevó la moda Queer al mundo mainstream. Esta película no entiende nada de eso y de manera débil nos cuenta lo ocurrido con pésimas actuaciones, cada quien en diferente tono, una pobre recreación y lo peor aburrida a morir. Un grupo que se destacó por hacer bailar a una generación con sus ritmos únicos y letras tontas se merecía algo igual de divertido, pero entrega nada.