Este pequeño y acogedor lugar abrió en abril de 2010. Cuenta con una vasta biblioteca especializada, una sustanciosa videoteca y un aula para cursos y talleres teóricos y prácticos (relacionados con las artes audiovisuales), impartidos por gente profesional y activa en el medio. Aquí no hay lugar para los cursos “patito” que te prometen que filmarás tu cortometraje después de cinco sesiones.
Sus fundadores han puesto especial atención a la exhibición de cine mexicano, sobre todo al marginal, ese que a duras penas nos enteramos que existe; todo en formato digital.
Desde su fundación, ha servido como sede para muestras y foros de la Cineteca, así como festivales, como DocsDF.
Un atractivo que distingue a este cineclub es que los lunes no está abierto al público y puedes rentar el espacio para funciones privadas y cocteles.