Invitados de honor del FICM

Nacido en 1950 en Haifa, Israel, es uno de los cineastas más versátiles de la industria. Su obra abarca desde cortos y largometrajes de ficción y documental hasta piezas de video experimental, producciones televisivas y escenografías para teatro.

En 43 años de carrera cinematográfica ha creado más de 80 obras, las cuales retratan su experiencia personal con la política y la guerra.

Para apreciar la esencia de su filmografía, hay que comprender su camino por el mundo: Gitai pertenece a la primera generación de niños nacidos después del establecimiento del Estado de Israel; sobrellevó la guerra de los Seis Días en 1967 y la guerra de Yom Kippur en 1973; fue soldado en la guerra del Golán y vivió exiliado en Francia durante 10 años.

Sus peripecias político-militares mezcladas con el lenguaje cinematográfico le permitieron encontrar un sello característico, la trilogía.

Por ejemplo, el caso de House (1980) y Wadi (1981, 1991, 2001). Sin embargo, fue en el Festival de Cannes, con Kippur (2000), en el que Gitai catapultó su carrera.

A los 14 años de edad, Pawlikowski dejó Polonia, su país natal, para probar suerte en Italia, Alemania, Francia y Reino Unido.

Esta experiencia desarrolló su gusto por lo desconocido y por lo extremo, situaciones que se han convertido en una constante en su filmografía.

Por ejemplo, Ida (2013) es una película construida de instantáneas: pocas escenas duran más de un minuto o dos, y el diálogo es escaso y funcional, en contraste con anteriores obras poéticas de Pawlikowski, como My Summer of Love (2004), una travesía por los abismos de las pasiones más oscuras.

En esta cinta, en la que se percibe una increíble belleza, los ultrajes se acumulan como cadáveres y la crueldad de la vida se hace terrible-mente evidente. A través del cine, Pawlikowski ha aprendido a vaciar sus pasiones y crear relaciones intensas, pues siempre trabaja con el mismo equipo.

Desde el inicio de su carrera, Pawlikowski mostró que su trabajo, simpático y conmovedor, contiene una fuerza especial, para muestra, su primer largometraje, Last Resort (2000), obtuvo un premio BAFTA.

Rissient es el cazador de talentos cinematográficos por excelencia. A él se le atribuye el descubrimiento del director Clint Eastwood, a quien logró posicionar en el Festival de Cannes con títulos como Pale Ridery Black Heart, para más tarde obtener un Oscar por la película Unforgiven.

Pierre Rissient, quien fungió como asistente nada más y nada menos que de Jean-Luc Godard (Sin aliento, 1960), destaca por ser un promotor y defensor del séptimo arte. Apostó por las primeras películas de directores hoy consagrados como Martin Scorsese, Francis Ford Coppola y Sydney Pollack.

Aunque el también publicista y distribuidor de cine prefiere estar tras bambalinas, en 2007 el cineasta y crítico Todd McCarthy hizo un documental en torno a él: Man of Cinema.

En éste no sólo se muestra la labor que Rissient ha hecho como promotor cinematográfico, sino el aprecio que figuras como Quentin Tarantino y Werner Herzog sienten por él.

Se dice que Juliette Binoche rechazó un protagónico en Jurassic Park de Steven Spielberg para participar en Azul de Krzysztof Kieslowski. No pudo haber tomado mejor decisión. Esta jugada le permitió ganar la Coppa Volpi en el Festival Internacional de Cine de Venecia (1993) y abrirse paso en el mundo cinematográfico.

Tres años más tarde recibió el premio Oscar a Mejor Actriz de Reparto por El paciente inglés, de Anthony Minghella, y en el 2010 el premio a Mejor Actriz en el Festival de Cannes por Copia certificada, de Abbas Kiarostami.

Honor a quien honor merece: Binoche llega al FICM para recibir la Medalla Filmoteca de la UNAM y ofrecer una conferencia magistral para el público en general. A la par, seremos testigos de la premier nacional de Nubes de María –protagonizada por la actriz francesa y dirigida por Olivier Assayas– y de la proyección de Las horas del verano –de la misma mancuerna–.

Si te jactas de ser un verdadero cinéfilo, no puedes perderte la primera vez de Juliette Binoche en Morelia.