Hablamos con Edgar Ramirez sobre la segunda temporada de Dr. Death

Dr. Death es una serie basada en hechos reales que explora las historias de médicos, cuyas prácticas negligentes y maliciosas han tenido consecuencias devastadoras para sus pacientes. La serie se basa en el exitoso podcast del mismo nombre y está disponible en la plataforma Universal+. 

La primera temporada se centra en el Dr. Christopher Duntsch (Joshua Jackson), un neurocirujano de Dallas que ha llevado a la muerte o lesiones graves a más de 30 pacientes durante sus cirugías. Ahora la segunda, recién estrenada, nos presenta la historia del Dr. Paolo Macchiarini, un cirujano italiano famoso por sus trasplantes de tráquea impresas en 3D. A pesar de su renombre y aparente éxito, sus métodos poco ortodoxos y la falta de pruebas de seguridad de sus procedimientos resultaron en la muerte de varios pacientes. Edgar Ramírez interpreta a Macchiarini y, la nominada al Emmy, Mandy Moore a Benita Alexander, una periodista que investiga al cirujano y descubre los oscuros secretos detrás de su trabajo y su vida personal​.

Time Out México entrevistó al actor venezolano Edgar Ramírez sobre este papel que ha sido aplaudido por la crítica especializada.

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La serie está basada en un popular podcast, ¿lo conocías antes de entrar al proyecto?

No, no lo conocía. Me enteré a través del guion y por la propuesta de interpretar al personaje de Doctor Death. No lo conocía y me pareció interesantísimo, sobre todo porque existía en el centro un corazón: había una historia de amor y eso, me parecía, le agregaba una capa, un nivel de complejidad a la historia muy interesante que no encuentras, por lo general, en historias basadas en crímenes reales.

Lo sorprendente de Paolo es que él siempre cree que está bien. ¿Cómo es interpretar un personaje que vive su propia fantasía? 

Estaba escrito así y es exactamente como lo dice. Recuerdo que hubo una periodista de Estados Unidos que me preguntó sobre qué sentía al interpretar a un mentiroso tan espectacular, un mentiroso tan talentoso. Yo le respondí: Paolo no mentía, Paolo fantaseaba que era diferente. Él es un narcisista, es un hombre con narcisismo patológico y eso es muy distinto a un mentiroso. Cuando confrontas con evidencia a un mentiroso no patológico, por lo general lo admite, pero el manipulador es completamente distinto. El manipulador le va a dar vuelta a todo y cambiará el tema hasta poner en juicio tu sanidad mental. Él crea una fantasía absoluta. Eso es lo que Paolo hizo, tanto a nivel profesional como a nivel personal. Fue precisamente el ámbito personal lo que lo llevó a su ruina porque hizo que los alegatos en su contra, desde el punto de vista profesional, tuviese mucho más peso.

Algo que me encanta de esta serie antológica es el hecho de que siempre es dirigida por mujeres, ¿Qué opinas al respecto y cómo fue trabajar con la también la actriz Jennifer Morrison? 

A mí también me encanta. De hecho Jennifer fue una de las principales razones por las cuales quise hacer la serie. Yo me reuní con ella y con Ashley Michel Hoban, la creadora de la serie. Ellas tenían muy claro lo que querían hacer. Desde el punto de vista visual, Jennifer sabía exactamente lo que quería y cómo lo quería contar precisamente porque ella también es actriz. Tenía una confianza total en sus actores. Ella tenía rigor. Tenía muchísimo pulso en hacer que las escenas se sostuviesen a través de una tensión dramática creada por los actores y eso es algo que, para mí, fue maravilloso.

Esta temporada se diferencia de la anterior en que la historia se va al mundo entero, o sea, la primera temporada sucedía en Texas en un ámbito muy específico, y aquí la serie se complejiza, nos vamos a Rusia, Suecia, Italia, España, Nueva York; hay un tema de dimensión que la hace fascinante y eso a mí me llamó muchísimo la atención. La primera persona con la que yo trabajé alguna vez en cine fue Elia Schneider, que descanse en paz, ella fue una de las directoras más importantes de América Latina, de modo que a mí me encanta el punto de vista femenino. Me siento muy cómodo trabajando con directoras mujeres.

También te toco trabajar en los momentos revolucionarios de la televisión, ¿qué has encontrado interesante en la ola de contenidos que existen en la televisión? 

Llamarlo televisión es un poco limitativo. Yo creo que ya estamos trabajando en términos de formato largo o formato corto. Creo que ya gran parte de los contenidos más provocadores están sucediendo en formato largo en plataformas porque hay más oportunidad de arriesgar, y eso es algo para mí súper bueno. Yo tuve la gran suerte de trabajar en la serie Carlos, sobre Carlos "El Chacal", que fue de las primeras que elevó el concepto narrativo del cine a formato largo a televisión por decirlo en una manera. Pero yo creo que ya en este punto, con el impacto de las plataformas, ya es limitativo llamarlo televisión. Yo creo que sencillamente formato largo o formato corto. 

No tengo ningún tipo de reservas con la forma en la que se consume contenido. Lo importante es hacer historias que sean interesantes, que te confronten, que te entretengan, que te inviten a pensar y liberar al mundo de una manera distinta independientemente de si lo ves en una sala de cine, en tu televisor, en tu computadora o en tu celular. Yo creo que lo más importante es que el contenido se vea.

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