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[title]El cineasta francés es conocido por sus películas de terror como The ABCs of Death (2012) y The Cruxifiction (2017) —que no tuvo tanta suerte como la primera—. Ahora regresa con una adaptación de la novela del catalán Albert Sánchez, La piel fría (2002).
Este filme relata la vida de Friend —David Oakes—, un joven irlandés que se convierte en el nuevo meteorólogo de una isla solitaria al sur del Atlántico. Es ahí donde conoce a Grunner—Ray Stevenson—, el cuidador del faro. Todo va de maravilla hasta que una noche son atacados por criaturas marinas de piel azulada.
A propósito de La piel fría, buscamos al director para platicar sobre los retos de adaptar esta novela, la manera en la que creó las criaturas humanoides y su trabajo con el actor David Oakes.
¿Qué fue lo que te motivó a adaptar la novela de Albert Sánchez?
Descubrí el libro en 2009 y decidí hacer una adaptación. En ese momento me encontraba haciendo Aislados (2011), asistieron los productores y les gustó, así que se ofrecieron a trabajar conmigo para este nuevo filme.
¿Qué obstáculos enfrentaste durante la adaptación?
Lo más difícil fue encontrar un balance adecuado entre la locación exterior e interior, para hacerlo posible dentro del presupuesto que teníamos. Fue complicado lograr hacer la película con criaturas marinas y secuencias de paisajes en la Antártida como fue el producto final.
¿Qué tan difícil fue darle forma a las criaturas marinas?
Fue un proceso largo. Hablamos con un científico sobre lo que queríamos hacer y él nos dio la aproximación más realista de cómo un ser humano podría evolucionar así en una criatura marina. Básicamente solo seguimos sus instrucciones.
¿Qué fue lo que te inspiro para crear a estas criaturas?
Cuando era niño me gustaba mucho una película El planeta salvaje (Francia, 1973) en la que hay un personaje que luce como Aneris —Aura Garrido—. Es mi forma de hacerle tributo a mi infancia.
Foto: Cortesía Icunacury
En La piel fría pasas del temor a lo desconocido a la empatía, ¿cómo lo lograste?
Solo siguiendo el desarrollo de los personajes de principio a fin. Básicamente nosotros no conocemos a la criatura y no sabemos si va a ser agresiva, así que tenemos miedo a lo desconocido y poco a poco Friend va entendiendo como comunicarse con ella y que no todo debe ser violento. Normalmente, cuando no conocemos algo, preferimos matarlo en lugar de intentar comprenderlo.
En tus películas manejas de la misma manera a los personajes, ¿este es el caso de La frontera del miedo (2007)?
Es importante justificar el horror con un significado profundo y que no sea solo violencia.
Tu cortometraje X is for XXL (2016) se ha vuelto una locura en internet, ¿cómo te sientes al respecto?
¡No lo sabía! No estoy mucho en internet, hago mis producciones sin pensar en cómo lo tomarán los demás, pero es genial saber que les gusta mi trabajo. También el mensaje que quiero dar ahí es muy importante, es algo que se vive diario y puede ser peligroso.
¿Cuáles fueron tus influencias para la película, además del libro de Albert Sánchez?
La historia toma lugar en 1914, así que leí mucha poesía de la época y se los di a los actores para que entendieran el sentimiento de esos años.
¿Cómo fue trabajar con David Oakes?
Fue una maravilla. David es muy centrado, entendió perfectamente el personaje reflejando empatía en todos, al final en la escena que llora, todos en producción lloramos porque fue muy conmovedor verlo.
El fotógrafo español, Daniel Aranyo, ha trabajado en diferentes tipos de películas, que van desde Biutiful de Iñaritu, hasta las películas de High School Musical, ¿cómo trabajaste las tomas con él?
Conocí su talento en mi película The Crucifixion (2017). Es increíble el trabajo que hace ya que crea imágenes fantásticas a partir de la idea que le doy. Es un genio y siempre sabe elegir cuál es la mejor toma de acuerdo con la iluminación, ya sea de día o de noche.