Entrevista Jan Broberg por A Friend Of the Family

Jan Broberg es una mujer estadounidense que fue víctima de secuestro en dos ocasiones durante su niñez por parte de un amigo cercano de la familia, Robert Berchtold. La primera vez fue en 1974, ella tenía 12 años. Berchtold convenció a sus padres de que le permitiera llevarla a caballo, pero se la llevó a México por varias semanas. El segundo secuestro ocurrió en 1976, cuando Jan tenía 14 años. Berchtold la convenció de que se escapara de su casa y la mantuvo escondida en una escuela católica en California bajo un nombre falso durante varios meses antes de que finalmente fuera rescatada.

Su impactante historia de manipulación y abuso psicológico que ejerció Berchtold sobre Jan y sus padres ha sido relatada en dos novelas escritas por Jan y su madre, un documental y ahora la miniserie A Friend Of the Family, que acaba de estrenar en Universal+ y es protagonizada por Jake Lacy (The White Lotus) como Robert Berchtold y Mckenna Grace (Ghostbusters: afterlife) en el papel de Jan Broberg, también participan Anna Paquin y Colin Hanks. 

Jan Broberg platicó en exclusiva con nosotros sobre el proceso de creación de esta miniserie que retrata el momento más oscuro de su vida.

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Antes de esta entrevista estuve investigando y encontré que eres muy vocal sobre lo que te sucedió. Mi pregunta es, ¿Cuándo decidiste que querías hablar sobre lo que te sucedió y cómo fue tu primera vez haciéndolo?

La primera vez, yo ya les había dicho a mis padres, amigos y algunos conocidos. Yo trabajaba en Disney World en Florida y tenía a otra amiga que también era artista que era una mamá soltera que tenía un niño que era de la misma edad que mi hijo quien nació en Orlando. Ella me dijo: ¿Por qué no vienes a mi club de lectura y le cuentas toda tu historia? ¿Yo? Yo no tengo un libro, ¿En serio yo? Acepté platicar con ese pequeño club, eran como diez personas y casi todas eran artistas que no tenían aún hijos. Sus preguntas me hicieron entender que cuando tuvieran hijos mi historia me ayudaría. En mis 20 nació mi hijo y a mis 30 ya me había enfrentado a un divorcio, me volví a casar y me divorcié. Ahí pensé: “creo que es necesario que empiece a enfocarme en curarme para mi bien, antes de que me haga más pública”. Trabajé en mí, fui a terapia, leí libros, escuché a gente como Oprah Winfrey, me puse a hablar de todo esto con los términos correctos. Todo me ayudó a curarme para que en mis 40 dijera, creo que es momento de contar mi historia. 

¿Cómo empezaste a escribir esa historia?

Mi mamá había estado trabajando en un libro con la historia familiar. Ya tenía más de cien páginas. Entonces fue de: ¿y si contamos lo que nos pasó en los setenta? ¿Lo publicamos? Ella no estaba convencida porque es nuestra familia. Lo leímos juntas y luego me entrevistó, ¿Qué sucedió cuando yo no estaba? No lo sabía. Amigos cercanos nos motivaron a publicar y la primera vez lo publicamos nosotras en 2003. De ahí fue que la gente empezó a conocer la historia, luego salió el documental que se hizo viral, pero no habían contado todo, solo encabezados de periódicos, necesitábamos más. Ahí es cuando esta miniserie empezó a convertirse en posibilidad. He hablado de mi historia por 30 años, tal vez más porque deseo que la gente se sienta con poder de contar su historia, te ayuda a curar. Ignorarlo es como un cáncer. Lo que te sucedió no es tú culpa, es un cáncer que va a lastimarte si no lo sacas, si no buscas ayuda. Ve a terapia, ve con gente profesional. Trabaja en un libro, haz algo, todo lo posible que pueda curar este trauma para que puedas tener una feliz vida dejando al lado el trauma. Para que tampoco se lo pases a tus hijos. Entonces eso se convirtió en mantra, mi misión. 

¿Cómo fue trabajar con Nick Antosca y todo el equipo que estuvo involucrado en esta miniserie?

Trabajar con ellos fue genial porque todos los involucrados en el proyecto querían ser fieles a la historia, buscaban lo mismo que yo: ayudar. Ayudar a los padres, a las víctimas, a las personas jóvenes. Que no están solos. El equipo me conoció profundamente, fueron a mi casa, conocieron a mi familia, vieron como era mi vida. Hasta vieron a donde nos gustaba ir a comer y a que iglesia íbamos. Teníamos cajas con mucha información que mi madre había guardado y todas se las dimos. Me invitaron al cuarto de escritores y me hacían sentir cómoda, siempre preguntándome cosas. Yo los ayudé a decirles cómo funcionaba la mente de mi victimario, quien era una mente maestra y los guiaba para que reflejaran eso. Ellos me escucharon y retrataban lo que les contaba. Esta serie dice la verdad absoluta.

Más que una serie sobre un crimen basado en un caso real es una historia sobre la familia, ¿Por qué decidieron hacerlo de este modo?

Mis papás fueron culpados o juzgados en el primer documental. Que eran estúpidos o que lo sabían y no hicieron nada. Y entiendo porque cometieron errores. Mi mamá y papá aceptaron que cometieron errores porque estaban siendo víctimas de una mente manipuladora, él era un predador y no lo sabían. No lo sabíamos. Cuando fui liberada les conté mi historia, pero con el paso del tiempo les fui contando más porque los detalles empezaron a regresar a mí. Ellos siempre me apoyaron. Mi mamá empezó a escribir el primer libro con la primera información y el segundo lo hicimos con los detalles extras que me fueron saliendo. En este segundo libro hay una sección sobre lavar el cerebro, otra sobre descubrir las señales, una de lo que debes contarles a tus hijos. Es difícil hacer que las personas entiendan lo horrible que es porque al final, quien está lastimando a tu hijo es alguien cercano que conoces, quieres y confías. Esto le sucede a uno de cada cuatro niños y una de cada tres niñas, esas son las estadísticas actuales mundiales. Niños son abusados sexualmente por gente que conoces y que ellos quieren. Este es el peor cáncer de nuestro mundo.

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