Entrevista con Isabelle Huppert

Con poco más de 40 años de trayectoria, la parisina Isabelle Huppert no deja de encontrar retos profesionales, ahora lo hace bajo la dirección de Guillaume Niclox (La religiosa, 2013), en Valley of Love. En la cinta, vemos a la actriz interpretando a una mujer de nombre Isabelle que, en el desolado desierto de California, debe reencontrarse con su exesposo como petición de su hijo, quien se suicida meses atrás.

Al respecto platicamos con Huppert, quien presentó Valley of Love en la edición 13 del Festival Internacional de Cine de Morelia. 

Has trabajado con cineastas legendarios como Godard y Haneke, pero también con realizadores menos galardonados, como Joachim Trier. ¿Qué es lo que te atrajo de él para realizar Valley of Love?
He colaborado con directores más jóvenes que él y generalmente no me equivoco. Hace algunos años hice Propiedad privada, de Joachim Lafosse, que es una de sus primeras películas y se convirtió en un gran cineasta. Es divertido lanzarse a una aventura de este tipo y es gratificante ver los resultados.

En cuanto a tu nueva cinta, los protagonistas se reencuentran después de mucho tiempo, al igual que tú y Depardieu después de Loulou (1980). Mientras filmaban Valley of Love, ¿pensabas en el Depardieu de los ochenta?
En absoluto, para mi funciona igual que si hiciéramos otra película. Creo que este filme tiene un argumento que es más fuerte, cuenta una historia que sobrepasa nuestra vida profesional.

¿Qué te atrajo del personaje de Isabelle?
Lo que me parece interesante de la película son sus dos personajes, viven un drama personal. Evidentemente no se han visto en bastante tiempo y lo bello en la cinta es la forma en la que vuelven a retomar el hilo de su relación... y la conversación que tienen: divertida, íntima, en un ambiente que los rebasa. Lo bueno es esa intimidad, esa fragilidad en un ambiente tan imponente, como lo es Death Valley.

¿Cómo fue trabajar en Death Valley, una locación natural y tan peculiar?
El director eligió ese lugar para crear un momento muy bello. Los personajes de Isabelle y Gérard tienen una charla muy especia que, si se hubiera filmado en otra locación hubiera sido menos interesante.