Entre los estrenos de septiembre de películas mexicanas está Dólares de arena, una coproducción con Argentina y República Dominicana.
Entre la cadencia de la bachata clásica y el encantador paisaje que distingue a Las Terrenas, una playa dominicana con arenas blancas y agua cristalina, se desarrolla el idilio entre Noelí (Yanet Mojica), una chica local desesperada por salir de su país, y Anne (Geraldine Chaplin), una mujer extranjera que desea compañía.
A partir de este argumento, la película Dólares de arena le ofreció a Chaplin algo que parecía casi imposible para una persona con una trayectoria de más de 50 años: un rol diferente; este filme es el primero en el que la actriz interpreta a una mujer homosexual.
“A veces, cuando me preguntan cómo me he preparado para hacer a este personaje, contesto que me he acostado con todas las jovencitas (ríe). Pero en realidad Anne no es muy ajena a mí, es una mujer europea en el tercer acto de la vida. Es un animal moribundo en busca de una especie de paraíso, que no sabe que la juventud es una cosa, quizás, indefinida”, expresa la intérprete.
Pese que un papel con estas características es algo nuevo para Chaplin, fue por la admiración que siente hacia el trabajo de Israel Cárdenas y Laura Amelia Guzmán (Jean Gentil, 2010), los directores, que decidió participar en este filme.
“La ocasión de trabajar con ellos ha sido un regalo para mí. Son artistas. Son dueños totales del arte de hacer cine. Cuentan historias felices pero sin obsesionarse con el drama; optan mostrarlo de una forma muy verdadera, con base en la observación”, argumenta, “saben exactamente lo que quieren y también saben perfectamente lo que no quieren. Es muy fácil trabajar con ellos”.
Para la actriz, esta película narra una situación que pasa en casi todas las ciudades del mundo; pero con cariño y con dulzura, sin juicios, “y es muy bonito que te enseñen algo sin juicios para que tú te lo formes después de verla”, aclara.
Mucho contribuyó a este objetivo de mantener en un tono sutil el drama el trabajo de los actores naturales; cosa que no le fue tan sencillo a la actriz.
“Son siempre mejores que los actores profesionales y hay que ponerse a su altura. Por ellos es que se actúa la verdad, pues uno como profesional se la pasa imitándola. Ha sido el desafío más grande en esta película, pero los directores acertaron con esta chica (Yanet) y fue una delicia trabajar con ella”, finaliza.
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