El portal: Los secretos de Zona Divas
Foto: Cortesía Netflix
Foto: Cortesía Netflix

Entrevista con Fernanda Valadez y Astrid Rondero por El Portal: Los secretos de Zona Diva

Hablamos con dos de las mejores directores mexicanas sobre su nuevo documental en Netflix que aborda la trata de personas.

Stivi de Tivi
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El portal: Los secretos de Zona Divas es una serie documental que explora la oscura realidad detrás del sitio web Zona Divas, vinculado a la trata de personas y la explotación sexual. La serie profundiza en las historias de las mujeres que fueron víctimas de esta red criminal, muchas de ellas engañadas con promesas de trabajo de modelaje o acompañantes de lujo, pero que terminaron siendo explotadas sexualmente. En cuatro episodios cargados de entrevistas con sobrevivientes, investigadores y expertos en el tema, la serie revela el funcionamiento del portal, las tácticas utilizadas para captar a las mujeres, y los mecanismos de control y violencia que mantenían su sometimiento. También se aborda la operación policial que llevó al cierre de Zona Divas y el arresto de los responsables.

Este trabajo es producido por Laura Woldenberg (Las Tres Muertes de Marisela Escobedo) y dirigida por las realizadoras guanajuatenses Fernanda Valadez y Astrid Rondero,  quienes fueron aclamadas por la crítica con su primer largometraje, Sin Señas Particulares (2020), que ganó múltiples premios, incluyendo el Premio del Público en el Festival de Cine de Sundance, el Premio Horizontes en el Festival de San Sebastián y nueve premios Ariel, que incluía, mejor guión original para ambas, mejor dirección para Fernanda y Mejor Película. 

Platicamos con Astrid y Fernanda, quienes están por estrenar Sujo, cinta que representará a México en el Oscar 2024.

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Recuerdo cuando salieron las noticias sobre el asesinato de estas chicas, eran muy amarillistas y llenas de morbo. En este trabajo se hace a un lado eso y se nos presenta como mujeres, madres, hijas, hermanas, amigas… ¿Cómo fue para ustedes darle la vuelta a todo eso? 

Fernanda Valadez: ese fue el primer objetivo que deseamos y asumimos cuando nos invitaron a la serie. Este también era un compromiso que tenía Laura Goldenberg. Astrid le dice a este proyecto: “la punta del iceberg”, porque es una radiografía de la trata y las capas de violencia contra las mujeres. No queríamos abordarlo desde el aspecto sensacionalista o de nota roja, sino de las historias que hay detrás. Queríamos entender qué es lo que trae esta migración de mujeres de Sudamérica y Centroamérica hacia México. Algunas tenían la conciencia de que harían trabajos sexuales, pero eso no quita que sean víctimas de trata. Entender que la trata es [sobre] una serie de personas que se benefician con el trabajo de una mujer y entender que le puede suceder a cualquiera. Las historias de las víctimas mortales a través de lo que nos dejaron, las historias de los supervivientes y de las familias, ese era el corazón de la historia, ese fue nuestro primer objetivo.

¿Cómo fue la búsqueda de los familiares de Andreina, Karen, Kenny, Génesis y más mujeres que forman parte de este trabajo? 

Astrid Rondero: ese fue otro de los retos por cómo habían sido tratadas las historias de las chicas por la prensa, muy por encima, tanto aquí en México como en sus países de origen. Era difícil identificar dónde estaban las familias, por ejemplo, en el caso de Wendy de Lima Cortés, se había reportado que su cuerpo no había sido reclamado por su familia, cosa que dista totalmente de la realidad. De hecho, fue toda una lucha que tuvo su madre para poder conseguir que el cuerpo de su hija fuera repatriado. Nos pusimos a investigar todo lo que había en redes y en la prensa, pero lo más importante fue el mismo material de las chicas porque todas estas chicas vivieron en el tiempo de las redes sociales. Sus vidas estaban ahí perdidas en diferentes cuentas, algunas abiertas y otras cerradas, en conversaciones con otros perfiles. El caso particular de Wendy fue muy difícil de localizar y lo hicimos gracias a un mensaje de YouTube. Nos pusimos a leer todo lo que había en Internet y ahí encontramos a alguien que decía conocer a su familia. Gracias a eso pudimos dar con esa parte de su historia. A la única que nunca logramos contactar fue a Andreina Escalona, ella para mí es un personaje que queda con una deuda de parte nuestra porque no lo logramos hacer. Fue muy difícil, pero de parte de ella curiosamente las mismas chicas hablaron, o sea, hay mucha información de Andreina a través de los contactos de Kenny o Karen. Eso nos permitió tener parte de la historia de Andreina y ella es un personaje clave, porque en realidad ella es la que conecta con todas y eso es lo que creo que fue muy fuerte de la investigación. Nosotras nos preguntamos al respecto del trabajo de la Fiscalía porque con nuestro trabajo, y con los periodistas, logramos ver que todos estos casos estaban conectados, que todas estas chicas en algún momento de su vida vivieron juntas, que Andreina pagó el viaje de Kenny a México. Es muy lamentable que la autoridad no se haya dado la labor de buscar y de encontrar.

¿Tuvieron apoyo de abogados especialistas o con gente que conoce de estos temas para abordarlos de manera correcta?

Fernanda Valadez: el trabajo del equipo de investigadores fue fundamental, justo con esta consigna de ver a las víctimas como personas, de verlas como hijas que dejarán una cicatriz indeleble para sus familias. Verlo desde el lado de la empatía y sí tuvimos todo un equipo interdisciplinario de abogados penalistas, de abogados de derechos humanos, de expertos y expertas en víctimas de trata con fines de explotación sexual. Estamos en un proceso constante de revisión, de cuidado, de que las entrevistas fueran siempre en las condiciones óptimas para las supervivientes, para los familiares, para las víctimas y ya en el proceso de montaje buscamos que el discurso de la serie no fuera ni estigmatizante ni revictimizante. Sí fue un trabajo muy multidisciplinario de estar todos muy vigilantes de que la postura de la serie no fuera agresiva, ni maltratara a víctimas, que de por sí se sienten ya muy desatendidas y maltratadas por las autoridades mexicanas. 

¿Cuál es la finalidad de este trabajo? ¿Buscan algo en específico? 

Astrid Rondero: creemos que lo que está en el documental vale la pena que sea revisado porque el problema de la trata es muy difícil. La realidad en México es que además tenemos una situación de incapacidad de la justicia, tenemos un 95% de impunidad. El problema de la trata es está muy atomizado. Ojalá este esta serie documental permita que las autoridades revisen la operación de este tipo de crímenes y comprendan que hay muchos actores y que es inaceptable que los que están hasta abajo de esa pirámide sean a quienes detengan. En la mayoría de los casos, al menos en "Zonadivas", las mujeres enganchadoras eran las que terminan en la cárcel con treinta y tantos años. Ellas son la base de esa pirámide, incluso cuando ellas mismas, en algún punto, fueron también víctimas de trata. Mientras, todos los otros actores, todo ese ecosistema mayor, es el que está libre. Nuestro único comentario sería que ojalá la serie permita que haya algún cambio en términos de ley para que puedan ser más operativos en casos como estos de trata. La página de "Zonadivas", ya no existe, fue desmontada, fue desmantelada, pero existen páginas que la emulan y conforme vaya avanzando la tecnología, va a tener la Fiscalía más retos. Entonces es un buen momento para que revisen estos casos y traten de encontrar una forma de hacer justicia.

Disponible ya en Netflix. 

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