Lex Ortega
Foto: Cortesía de la producción
Foto: Cortesía de la producción

Entrevista con el director Lex Ortega

Lex Ortega nos cuenta sobre su filme Atroz, uno de los más violentos en la historia del cine en México

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El director Lex Ortega retoma el segmento con el que participó en México bárbaro (2014), una antología de cortos de terror mexicanos, para realizar Atroz. En la pasada edición de Mórbido Film Festival, Atroz -considerado el filme más violento que se ha hecho en México- recibió el premio del público para película latinoamericana.

En su ópera prima, Ortega hace un retrato cruel y brutal del comportamiento de los asesinos y le da tintes de documental, cuyo alto contenido de sangre y violencia explícita ha provocado su censura incluso en festivales del género. 

La cinta presenta a dos asesinos que son detenidos. Tras el arresto, se les confiscan unas cintas de video, las cuales contienen asesinatos brutales que evidencian la psique de estos criminales. 

¿Cuál fue la mayor dificultad para hacer cine de género en México?
No sólo para el cine de terror si no para cualquier otro género: el dinero. Las empresas o las instituciones no están acostumbradas al cine de género, aún peor cuando tu primer página del guión es súper violenta. Creo que todavía no existe esa apertura hacia el cine de género aunque en los últimos años ha mejorado mucho.

¿Cómo pasaste de un corto a un largometraje?
La idea de Atroz salió de un cortometraje que filmamos en 2012, la temática de los asesinos seriales que tocábamos en éste me daba pauta a expandir el tema, incluso ese corto forma parte del largometraje. A los dos años siguientes decidimos escribir una historia más larga y hacer investigación. En realidad la película no cuenta la historia de un asesino en particular, si no son estos elementos de cómo se comportan los asesinos.

Además de la descripción gráfica de un mundo sumamente violento que haces en Atroz, ¿hacia qué otro lado debe mirar el público?
Es más fácil dejarte llevar por lo visual y los momentos shockeantes, sin embargo; la película tiene una crítica, un trasfondo tanto político como social, iniciando en nuestro círculo que es la familia hasta prácticas ocultas hechas por el gobierno, como el paramilitarismo y el terrorismo de extrema derecha. 


¿Cuáles serían algunos sinónimos de “Atroz”?
Ultraviolencia… Huevos; tenerlos para mostrar eso. Una prueba de auto resistencia para el espectador y morbo.


¿Qué respuesta esperabas del espectador?
En realidad, al tener esta forma tan explícita de narrar una historia, se buscó que la respuesta del público fuera shockeante. Sentí ese feeling cuando vi por primera vez las películas de Trauma, quería transmitir en Atroz esa sensación que me causo verlas a los 13 años.


¿Qué le recomendarías al público para que la disfruten mejor?
Les recomiendo que no la vean. Si no están seguros de querer hacerlo pueden vivir sin ella. 

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