Brie Larson en La habitación
Foto: Cortesía Universal Pictures
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Entrevista con Brie Larson

La actriz llega como favorita a los Premios Oscar 2016, al interpretar a una mujer secuestrada que intenta recuperar su libertad, en La habitación

Dave Calhoun
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Brie Larson ríe al recordar en el número de personas que le han preguntado si leyó la novela de la que se basa su nueva película, Room. “Es una pregunta tan extraña”, exclamó con los ojos muy abiertos. Sí, ella leyó el libro. También habló con un especialista en traumatismo y otro en nutrición, y tomó un voto de silencio por un mes para interpretar a Joy, una joven de 17 años que es secuestrada y cuyo raptor la mantiene encerrada en el cobertizo de un jardín.

Das vida a una mujer que ha estado encerrada por siete años. ¿Cómo conseguiste meterte en la cabeza el daño que le provocaron físicamente y mentalmente durante ese tiempo?
Me tomó casi nueve meses y un montón de mentalización. Inclusive tuve que pensar en el desgaste de su cuerpo. No sólo en el aspecto simple de: ¿cuánto ha crecido su cabello en esos años? Tienes que darte cuenta de que no ha tenido nada de vitamina D. Su nutrición es pobre. Tampoco tuvo ningún shampoo. En estas circunstancias el pelo no se mantiene en crecimiento, se seca y se cae.

Joy también tiene un hijo. ¿Cómo empezaste a entender lo que sería convertirte en madre en cautiverio?
Fui a retiros de silencio sólo para ayudarme a entender lo que habrían sido esos dos años de completa soledad, antes del nacimiento de Jack. Estuve en voto de silencio durante un mes en mi casa. Cuando eliminas todo estímulo, es como si el cerebro dijera: "Por fin, ¡tenemos un poco de espacio! ¡Quiero hablar contigo acerca de algo!".

¿Y qué te decía tu cerebro?
Recordé mi infancia, cuando tenía siete años y mi mamá llenó nuestro viejo Mercedes con nuestras cosas. Nos fuimos en coche desde Sacramento a Los Angeles, alrededor de seis horas, porque yo quería ser actriz. Nos mudamos a un estudio, aproximadamente el doble del tamaño de la habitación de Room. Teníamos una cama que salía de la pared y vivíamos de tallarines, y tenía un par de juguetes de McDonalds. ¡Pensé que estábamos viviendo el sueño! Sin embargo, recuerdo que a veces me despertaban los sollozos de mamá. Años más tarde me di cuenta de que nos mudamos allí porque ella atravesaba por un divorcio y estaba en muchos aprietos.

¿Entonces la experiencia con tu madre te ayudó a entender la relación de Joy con su hijo?
La película se convirtió en una forma de perdonarme por todo lo que no supe cuando era niña. No sabía lo difícil que era ser mamá y mantener todas las piezas juntas."

Debió ser una responsabilidad muy grande trabajar con un niño y contarle una historia tan dura. ¿Cuál fue tu relación con Jacob Tremblay?
Como adulto, hay aspectos técnicos de la cinematografía que comprendes, como tener que levantar un vaso en la misma línea en todo momento. Pero cuando tienes ocho, no sabes esos detalles. Era quien podía decirle a Jacob que repitiera algo o motivarlo. Lo hacía muy casual, por lo él ni siquiera pensó que se había equivocado o algo.

¿Hablaste con algunos expertos para entender lo que sería para Joy reunirse con su familia después de siete años de cautiverio?
Sí. Un especialista en trauma me dijo que Joy ni siquiera empezaría a sentir los efectos hasta que ella estuviera afuera y a salvo en casa. Además, fue útil rodar la película en orden. Me sorprendió que, después de pasar dos meses sola con Jacob, me sentí incomoda cuando actuaba y trabajaba con adultos como William H. Macy y Joan Allen. No sabía cómo hablar con ellos. Me sentía segura con Jacob. Sólo sabía cómo jugar juegos y hablar de las Tortugas Ninja. Olvidé cómo comunicarme con adultos. Y eso terminó funcionando bien para la película.

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