Entrevista a Franka Potente: La estrella de Corre, Lola, corre.

Franka Potente es una actriz, cantante y directora alemana con más de 20 años trabajando en la industria del entretenimiento internacional. La película independiente Corre, Lola, corre (1998), de Tom Tykwer, no solo la puso en el radar, sino que impuso un estilo de moda a nivel mundial muy representativo de finales de dicha década. Ese trabajo le dio entrada a Hollywood, trabajando en la saga de Bourne junto a Matt Damon o con Johnny Depp en Blow.

La carismática Potente estuvo en Ciudad de México para presentar en la inauguración de la edición 23 del Festival de Cine Alemán la versión remasterizada de la película que la hizo famosa, Corre, Lola, corre, en 4K.

Platicamos con la actriz sobre su carrera, sus deseos y, claro, esa película que, corriendo, le dio entrada a la historia del cine.

Lo que motiva a Lola en toda la película es su amor por Manni; ella hace hasta lo imposible por ayudarlo. ¿Qué es lo que motiva a Franka en su vida?

Creo que mi poder, o lo que me mueve y que tal vez me ha cambiado como persona, es la curiosidad. Soy naturalmente curiosa; siempre quiero saber el porqué, cuándo y cómo. Las preguntas y la curiosidad te hacen dar pasos adelante. Soy alguien a quien no le gusta mucha la nostalgia; si me preguntan: “¿Qué sucedió hace 7 años?”, me cuesta trabajo porque siempre veo hacia adelante. También creo que las colaboraciones son importantes; me gusta trabajar en pareja porque al unirte con alguien creas un superpoder, y eso es algo que he ido entendiendo con el tiempo, lo cual me ha hecho más fuerte. Además, me encanta lo que hago, y eso también ayuda. Te levantas por la mañana y piensas: “¡Qué bien! ¿Qué haremos hoy?” Eso me motiva.

¿Cuándo empezó este bicho de la actuación en tu vida? ¿Por qué quisiste convertirte en actriz?

Cuando era niña, siempre buscaba tener una audiencia; hacía shows de títeres o de baile. Cuando de niña te das cuenta de que puedes hacer reír a las personas o que a la gente le gusta lo que haces, entonces no lo sueltas. Siempre estuve en clases de drama y en actividades que involucraban actuación, pero también para mí fue una manera de salir de ese pequeño pueblo donde nací en Alemania. Fíjate que siempre pensé que sería una actriz de teatro, porque en mi pueblo no teníamos cine, así que nunca me vi en películas, ya que no eran parte de mi vida. Pensé que el teatro era mi lugar, y ese camino también me hubiera gustado mucho.

Entonces, viniendo de algo tan pequeño, ¿cuál es tu impresión de trabajar en una industria como Hollywood?

Lo que llaman Hollywood es similar a lo que haces en cualquier parte. Necesitas una cámara. La estructura es la misma. Por ejemplo, cuando hice la película “The Bourne Identity”, tenía un presupuesto de 18 millones de dólares, lo cual era muchísimo en aquel entonces. Pero te la pasas pensando todo el tiempo que la mayoría de las cosas que tienen, no las necesitan. Yo vengo del cine independiente, y ver que aquí tienen cinco tipos de sillas o un equipo de rodaje extremadamente caro, todos con cuatro asistentes, en verdad, no necesitas todo eso. Al final, el corazón de una película de 18 millones es lo que sucede cuando se convierte en una película independiente. Todo lo demás solo son adornos.

¿Qué es lo que buscas de un director cuando trabajas con ellos?

Volvemos a la curiosidad; me importa que la tengan. Es como cualquier relación: cuando te sientas con alguien y esa persona hace que tú solo hables de él, entonces esa no es una conversación. La transparencia también me interesa; que me digan: “Esto es lo que necesito obtener para llegar a tal punto; tú puedes darme esto con lo que yo tengo”. Me parece una manera eficiente de trabajar y me encanta.

¿Qué te motiva a escoger tu siguiente proyecto?

Todo depende; pueden ser tantas situaciones. Por ejemplo, hice una película con Nicolas Cage. Esa película era muy mala, pero fue un check en mi lista de deseos porque soñaba con trabajar con él, quien lo hizo increíble. Estoy tan contenta de haberlo conocido y de poder trabajar con él, aunque la película no fuera buena. Entonces, puede ser algo tan frívolo. A veces solo quiero ser parte de algo; hice algo muy pequeño en Winnipeg porque Kyle MacLachlan estaba en el proyecto, el agente Cooper. ¡Mi Dios! Solo quería tomarme una foto con él, y fui tan fan. Mientras más grande soy y cumplo muchas metas, estoy en una etapa en la que elijo proyectos solo por diversión.

Hablando de malas películas, ¿cuándo te das cuenta de que no va a funcionar? ¿Mientras estás filmándola o después, cuando la ves ya terminada?

Me gusta esa pregunta. A veces sí sucede que te das cuenta mientras trabajas en ella porque sientes que el guion no la está sosteniendo lo suficiente. Funciona en papel, pero no en la pantalla, o el guion no funciona para el director, quien no puede sacarla adelante, o tu compañero no es el mejor, o a veces algo lo imponen en la edición. Me ha tocado ver todas las maneras en las que no funciona.

Con “Corre, Lola, corre”, ¿cuándo fue la primera vez que sentiste que este filme se estaba convirtiendo en un gran éxito? ¿Este pequeño filme está conectando con la gente?

Tuvimos un momento muy especial al inicio; era la primera vez que la vi con audiencia en un festival de cine en Múnich. Éramos una proyección secreta porque querían ver cómo funcionaba. Era una proyección de medianoche en un teatro gigantesco que podía albergar a 800 personas, y recuerdo que “Trainspotting” se había presentado justo antes; era el mejor acto de apertura y luego vino la nuestra. Yo pensaba que no era la mejor idea porque ya era tarde y la gente iba a estar cansada, pero cuando la película terminó, el público se puso de pie y comenzó a gritar como si fuera un partido de fútbol. Recuerdo que casi empiezo a llorar; ese sentimiento era como una presión, un calor. Dije: “¡Cabrón, esto es algo que no es común!” Yo era muy joven y no tenía experiencia en nada, pero se sintió especial porque vi una conexión entre el público y la audiencia. Soltó tanta alegría que me pareció algo increíble.

¿Alguna vez Tom Tykwer te dijo cómo nació la historia de la película o cómo empezó a trabajar en ella?

Por toda la prensa y entrevistas que hicimos juntos, sé que solo quería empezar con la imagen de alguien corriendo porque ese fue el inicio del cine al final, la imagen de un cuerpo en movimiento. Para él, eso le permitía explorar distintos géneros. Sé que Tom admira trabajos como los de Wim Wenders, pero es curioso porque, antes de “Lola”, la gente relacionaba el cine alemán como una extensión gigante de Wenders, algo serio, profundo y lento. Pero llega “Lola” gritando, con colores y mucha acción, lo que abre una nueva etapa en nuestro cine.

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