El Secreto del Río: Hablamos con sus protagonistas y director

Manuel y Erick son dos niños de Tehuantepec que pasan el verano siendo los mejores amigos, hasta que las miradas juzgonas de las personas del pueblo hacen que tengan que separarse, pero una terrible tragedia los unirá de por vida. De esto trata la serie El Secreto del Río, que examina las consecuencias de guardar un oscuro secreto y cómo este hecho termina marcando su futuro. Está dirigida por Ernesto Contreras (Sueño en otro idioma), con la actriz trans Trinidad González, y en una producción mexicana que explora el universo de los muxes. Se estrenó ya en Netflix y por esto platicamos con Ernesto Contreras, Trinidad González y el nominado al Golden Globe, Diego Calva.

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La historia nos presenta una amistad inocente que los comentarios externos y señalamientos hacen que ambos sientan que es algo incorrecto, ¿Ustedes en algún momento de su vida se enfrentaron a una situación parecida en la que las “reglas de la sociedad” rompieron su burbuja?

Trinidad González: A mí de pequeña me pasó, lamentablemente. Viví las terapias de conversión, sin saberlo, y fue algo que en su momento me rompió muchísimo porque yo no entendía qué estaba pasando. Esta historia me hizo conectar muchísimo con mi personaje Frida. [Fue] un shock porque yo era idéntica a ella: en el caminar, el hablar, en todo. Entonces, los adultos, para “protegerte”, o bueno, esa fue la excusa que me dieron, me dejaron una cicatriz interna. Las infancias trans son algo real, existen y hay que aprender a amarlas. Estamos en un mundo y en un momento en el que estamos a tiempo para aprender a amarlas, aceptar lo diverso. Ese es el mensaje que esta historia cuenta.

Ernesto Contreras: A todos nos ha tocado vivir ese momento tan puro y esencial en nuestra infancia. No hay nada que veamos con malos ojos, pero de pronto tanto la sociedad, la religión, la escuela o la propia familia nos contaminan de información que no aporta. La serie habla de una amistad que es completamente pura, inocente, cándida y que de pronto se enfrenta a lo que dicen que debe o debe hacerse, el machismo, la transfobia, la homofobia, este es un aspecto importante de la historia. 

¿Cómo entra Trinidad a este proyecto y qué se siente darle voz a esta cultura mexicana?

Ernesto Contreras: Trinidad ha sido un hallazgo, un encuentro creativo padrísimo. Empezamos con un casting muy arduo. Nosotros teníamos muy claro, que no queríamos disfrazar a un hombre cis para que interprete a una chica muxe o transexual, ni tampoco queríamos una actriz mujer cis interpretando a una chica transexual. Fue complejo porque no solamente era encontrar esa identidad, sino también, que pudiera actuar, que tuviera presencia, que se integrara al entorno de la historia. Nova Coronel con quien trabajé en Tengo que morir todas las noches me habló de Trinidad. Me dijo chécala, creo que es lo que estás buscando, y Trini acababa de hacer una portada hermosa para una revista de moda. Cuando la vi, dije: necesitamos llamarla. No tenía ninguna experiencia actoral, pero de todas formas la invité a audicionar, pasó las pruebas, tuvo varios call backs y ya era innegable ver todo el potencial que tenía, con muy poco estaba haciendo mucho, si la preparábamos antes lo haría muy bien. Cuatro meses previos al rodaje estuvimos en clases con coach actoral y vocal. Construimos el personaje juntos.

Trinidad González: La verdad conocía muy poco de la cultura muxe. Entonces me fui adentrando conforme me preparaba para el proyecto. Quería respetar esa cultura y estaba un poco nerviosa, la verdad. Yo sabía que ellas cuidan su mundo, pero fue una grata sorpresa porque se portaron increíbles conmigo. Ellas me contaron sus historias, desde lo bueno a lo malo como el maltrato o la discriminación. Me dijeron “por favor, cuenta nuestras historias, cuenta lo que pasamos”, eso me dio la valentía necesaria para darles voz y sacar a este personaje.

Diego, eres un actor que no le tiene miedo a encasillarse a hacer personajes pertenecientes del colectivo LGBT+, ¿A qué se debe eso? 

Diego Calva: Creo que se debe a que no me importa, nada. Yo me enamoro de los personajes. Cuando leí por primera vez el guión me enamoré de la relación. Me clavé mucho con la historia de la amistad. Perdí a mi mejor amigo lamentablemente y por eso me quedé prendado con lo que significa la amistad eterna. Entonces, le dije a mi manager: yo quiero hacer este personaje. Además de que tenía ganas de volver a trabajar en México y hacerlo con alguien que admiraba como Ernesto Contrerasm, me parece uno de los grandes directores mexicanos. La historia es un poco arriesgada, pero muy necesaria y tenía todos los elementos que me atrapan. 

Ernesto Contreras: El reto del actor lo respeto mucho porque es convertirse, explorar ámbitos que no conoce. Si hay mucha más apertura y las generaciones nuevas demuestran que el miedo está atrás y que lo que buscan es esa adrenalina que da la actuación. El valor de una actriz o actor es lo que más admiro y busco. Esa valentía en un proyecto que implica tantos retos. Desde mis primeras películas, como Cecilia Suárez en Párpados Azules o Irene Azuela y José María Yazpik en Las Oscuras Primaveras. Juntos nos arriesgamos, nos echamos el clavado y nos salió, yo creo en eso. Me gusta que Diego sea como ellos que busquen explorar y entregarse al proyecto. 

Ernesto, a lo largo de tu carrera nos ha tocado ver distintas etapas de tu carrera, pero la actual me gusta mucho, una donde hay mucha libertad y hablas de historias del país que nadie toca, ¿Cómo te sientes en este momento laboral? 

Ernesto Contreras: efectivamente estoy en ese lugar todo gracias a que ahorita existe una importante apertura donde podemos hablar y contar muchas más historias que hace algunos años. El secreto del río es una búsqueda personal que comenzó desde Sueño de otro idioma, continuó con Cosas imposibles y ahora con Tengo que morir todas las noches llegó a su momento más alto. Es momento de que los seres humanos exploren estas perspectivas y distintas formas de relacionarnos. 

Es una serie llena de exteriores, ¿Cómo fue la experiencia filmar en lugares tan hermosos? 

Diego Calva: No puedo creer que pudimos trabajar durante meses en el istmo de Tehuantepec, fue una decisión de producción acertada. Cada vez que gritaban corte volteaba a todos lados y decía no me lo puedo creer. Había una energía que se contagiaba y no es lo mismo hacerlo ahí en este lugar que en el foro y más cuando es una temática muy endémica de una región donde se pintan los colores fuertes de la región. Es un gran acierto de Netflix y de Ernesto de tomarse el riesgo e irse a grabar a la playa con las dificultades que eso lleva de mover una producción tan grande hasta Oaxaca.

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