El Cielo Rojo
Foto: Cortesía IMDB
Foto: Cortesía IMDB

El Cielo Rojo

Christian Petzold hace una crítica a la arrogancia de los artistas e intelectuales y nos propone nuevas formas de relacionarnos.

Ángel Arroyo
Publicidad

La exaltación romántica a los artistas arrogantes (o quizá llamados “genios incomprendidos”) ha sido de poco provecho. Si las películas de Woody Allen los retrataban como seres tiernos con pocas o torpes habilidades sociales, Christian Petzold les ve en El Cielo Rojo como amargados quejumbrosos con profundas inseguridades, y posiblemente nos propone que la amabilidad y apertura son los verdaderos actos de inteligencia que hacen falta. 

Te puede interesar: Festival CulturaUNAM 2024

La trama sigue a cuatro jóvenes que pasan el verano en una casa de vacaciones junto al Mar Báltico. Conocemos a Leon, un escritor que escribe su última obra en medio de un bloqueo creativo; y a su amigo Felix, también artista. Por una confusión inicial, tendrán que compartir la casa con la cordial y encantadora Nadja, y a momentos también su amante, Devid, socorrista de playa. Además, se desarrolla en un contexto de calor extremo y sequía, y se complica cuando un incendio forestal amenaza la zona. 

La historia, una comedia aparentemente sencilla, parece inusual para un cineasta acostumbrado a moverse en las tragedias y melodramas más densos como Petzold. Pero pronto en el metraje iremos viendo que no se trata de un discurso anecdótico. Leon se nos presenta como un ser de profunda arrogancia, que menosprecia a los otros por disfrutar de la tarde, divertirse o simplemente no pensar como él. Si en series como Dr. House, Rick y Morty, o las mismas películas de Woody Allen a este personaje se le termina dando la razón de todo; en El Cielo Rojo se le muestra como inutil. El libro de Leon no avanza, y cuando su editor, Helmut, va a revisarlo, lo detesta. No solo eso, Helmut se muestra profundamente interesado en Nadja. Y es que ella, en principio menospreciada por Leon al considerarla simplona e ignorante, resulta enigmática y brillante académicamente, con doctorados en literatura. El protagonista se avergüenza y ofende, al recordar la condescendencia de sus tratos a Nadja.

Esta interacción nos revela mucho de las mismas ideas que Petzold nos quiere compartir. Vemos a dos personajes intelectuales, uno se encamina a la amargura y la soledad; la otra se nos muestra con particular alegría y soltura. 

A la par de esto, y con mucha sutileza (con noticias de fondo en la radio y comentarios ocasionales), vamos viendo la tragedia que se avecina, los incendios forestales se acercan a la casa donde se hospedan. Esto como una analogía del mismo carácter de Leon. Si su necedad y aires de superioridad prevalecen, nadie le podrá salvar. Eventualmente, también nos deja ver que esta actitud no es más que producto de su propio miedo: si no es el más listo, el más inteligente y que tiene la razón en todo, sus carencias no tendrán razón de ser.

El Cielo Rojo hace un llamado de atención muy firme a la misma audiencia de Petzold, tal vez incluso a sí mismo. Una sacudida que nos recuerda que ensimismarse en nuestros defectos nos llevará al abandono, y que el alejarnos del mundo no es una postura de sensatez ante la estupidez, sino un síntoma de esta. 

Dir. Christian Petzold. Alemania, 2023. Con Thomas Schubert, Paula Beer y Langston Uibel. 

Estreno jueves 5 en cines. 

No te pierdas: 

Recomendado
    También te puede gustar
    También te puede gustar
    Publicidad