Rami Malek está acostumbrado a los retos: ha sido hacker, faraón, villano de Bond y Freddie Mercury. Ahora se lanza de lleno al cine de acción con El amateur: Operación venganza, un thriller donde interpreta a un criptógrafo de la CIA que, tras perder a su esposa en un atentado, decide entrenarse como agente para hacer justicia por su cuenta. En esta nueva etapa, además de protagonizar, debuta como productor y conversa con Time Out México sobre cómo ha enfrentado el rechazo, los personajes que lo obsesionan y las habilidades más inesperadas que ha tenido que aprender para sobrevivir en el cine.
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Hay un momento en el filme en el que a tu personaje le dicen que no va a lograr convertirse en agente. ¿Alguna vez te sentiste de esa manera al tratar de entrar al medio?
Creo que lo he hecho toda mi vida. Estar en este negocio es difícil. Mis padres son inmigrantes; llegaron a Estados Unidos buscando una mejor vida, así que jamás imaginaron que su hijo quisiera ser actor. Era lo último que deseaban para mí. No es que pensaran que no era capaz, pero no lo aceptaron tan rápido. Ahora tengo su apoyo incondicional, pero fue difícil. Las audiciones, ir una y otra vez durante años, y solo me decían NO, NO, NO. Tanto rechazo te hace creer que no eres capaz, pero no tienes otra más que seguir y seguir. En tu cabeza debes creértela y saber que tienes algo que ofrecer. Tal vez todo ese rechazo es lo que me lleva a buscar personajes que se sienten poco apreciados. Me gusta interpretar a esos que se convierten en el héroe que nadie esperaba. Ahora estoy en una película en la que muchos pensaron: Rami, no creo que puedas ser un héroe de acción, pero aquí estoy para probar que están equivocados.
Ser actor requiere que aprendas muchas cosas que jamás te imaginaste, y en esta película te vemos como nunca. ¿Cómo te sientes al respecto?
Totalmente, pero me encanta. Es un reto. No tienes idea de las cosas que tienes que aprender en este trabajo: montar a caballo, disparar una ametralladora de 1942… no sé para qué me serviría eso, pero ahora puedo hacerlo. Sé cantar y tocar el piano, tuve entrenamiento de baile por varios años, puedo interpretar a un actor de cine mudo. Sé hacer granadas con cosas que encuentras en casa. Todo esto lo aprendí para esta película, para poder lograr momentos mágicos en el cine. Al final de cuentas, muchas de estas cosas son matemáticas, así que siento que estoy de regreso en la escuela. No lo esperaba, pero lo disfruto. Acabo de aprender un lenguaje nuevo para una película en la que estoy trabajando. Da miedo meterse en tantas cosas, pero también es emocionante.

Generalmente escoges personajes tímidos, callados y poco sociales. ¿Qué es lo que te llama la atención de ellos?
Soy curioso y me parecen muy llamativas las personas calladas. Me intrigan. ¿Qué se están guardando para sí mismas? ¿Qué tienen en la cabeza? ¿Qué son capaces de hacer? Cuando estoy en un grupo grande, siempre me llama la atención quien no dice nada, porque suelen ser quienes terminan diciendo las cosas más profundas. Charlie me parece muy profundo, y no lo digo solo intelectualmente, sino en su alma y en todo lo que es capaz de hacer para obtener justicia.
Eres productor del filme. ¿Cómo fue esa experiencia?
Producir fue genial, porque muchas veces tenía que pensar en cómo hacer que todo valiera la pena para estar en el cine. Tratamos de que cada momento y escena fueran emocionantes, porque ustedes son quienes pagan el boleto para verla en la pantalla. Con eso en mente, siempre me impulsaba a hacerlo mejor. Como actor, siempre me he enfocado en eso, pero como productor el peso es más grande. Mi trabajo era construir un equipo que pudiera articular de la mejor manera esa visión. Por eso contraté a James Hawes (Doctor Who) para que dirigiera, porque me parecía talentoso y un gran compañero de trabajo. También tenemos un elenco impresionante. No quería que fuera una película que prendes la televisión y ya está ahí; quería que se sintiera como un evento digno del cine. Disney y 20th Century me han apoyado en todo momento. Les debo mucho, porque con ellos hice La noche en el museo, Bohemian Rhapsody… ellos saben cómo hacer cine, y estamos unidos en este proyecto.
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