Cóyotl: Héroe y Bestia: los mitos mexicanos por fin llegan a la TV

La mitología y la realidad del país con un toque de acción se fusionan en Cóyotl: Héroe y Bestia, una serie que reinventa la figura del nahual. En esta historia, el joven Lupe descubre su destino como el Cóyotl, un protector que se enfrenta a fuerzas que amenazan su comunidad. Pero un héroe solo es tan bueno como los villanos que lo desafían, y aquí entran en escena El Cimarrón y El Armadillo, interpretados por Horacio García Rojas (Las azules) y Hoze Meléndez (¿Conoces a Tomás?), respectivamente.

Ambos actores encarnan a antagonistas que representan no solo la violencia y el peligro, sino también las complejidades de un mundo donde la bestia y el hombre coexisten. Platicamos con estos talentosos actores para conocer más sobre sus personajes, la construcción de sus villanos y lo que Cóyotl: Héroe y Bestia aporta al panorama de la televisión mexicana.

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Horacio, protagonizaste la serie Diablero de 2018, que fue el inicio de este tipo de proyectos mexicanos que mezclaban el misticismo del país con acción y contextos sociales muy nuestros. ¿Cómo ha sido para ti ver la evolución de un género que era nuevo en nuestras ficciones?

Horacio García Rojas: Aunque parece que nació con Diablero, yo creo que realmente nació hace muchos años atrás en Latinoamérica, desde la leyenda de los volcanes, la manera en la que nos contaban nuestras historias para entender la realidad. Pensar en la película Macario dirigida por Roberto Gabaldón hace más de 60 años, esa producción apelaba a nuestro realismo mágico, a la fantasía para hablar del hambre que tiene el pueblo. Hoy, a través de Max, con Cóyotl: Héroe y Bestia, estamos hablando de la salida de la violencia, de cómo es posible apelar a salir de este espacio y de este monstruo de mil brazos que carcome todo y que es difícil pensar en una solución, pero de repente nace este héroe que viene del pueblo, que emana de las tradiciones originales de un país en donde se hablan 69 lenguas vivas, que presenta una luz de esperanza. El verdadero héroe de esta historia es el pueblo y ahí hay una metáfora de entender: si cambiamos el punto de vista y hablamos de lo que también somos como nación, un país donde el realismo mágico está presente en todo lo que vivimos, no hay país con una relación con la muerte como la tenemos nosotros. Nosotros respetamos a la muerte, pero al mismo tiempo la miramos de frente y bailamos con ella.

¿Qué creen ustedes que hace a un villano memorable?

Hoze Meléndez: Yo creo que lo que los hace memorables es el hecho de que estén tan cómodos con su sombra, que los únicos momentos en los que los ves con luz es porque están con sentimientos comunes humanos, como estar enamorados, que le pasa al Armadillo. Esta dualidad, esta polaridad entre emociones y entre toma de decisiones de cada personaje, creo que es lo que los hace interesantes a mí.

Horacio García Rojas: Son tipos que rebasan una línea, son conscientes de que la rebasaron y la abrazan, como dice Hoze. Los grandes villanos, no solo en la ficción, sino en la historia de la humanidad, son esos cínicos que sabían que eran unos hijos de la chingada y no les importaba. Ahorita hay un contexto geopolítico importante donde para nosotros es muy claro poner en dónde están los villanos de la historia. Del otro lado del mar hay una atrocidad que se está cometiendo ante nuestros ojos y gran parte del mundo calla y otros hasta lo celebran. La ficción nos rebasa totalmente. Da miedo pensar que como humanos tenemos esa capacidad de destrucción y autodestrucción.

¿Cómo fue hacer estos villanos reales dentro de un contexto fantástico? En este universo ambos pueden existir.

Hoze Meléndez: Yo, siendo norteño, aprendí a observar a este tipo de personas desde hace muchos años. Eso y encontrar un elemento que lo haga vulnerable, en este caso fueron sus tenis. Eso lo hace humano, lo aterriza, lo tiene en un lugar que cualquier persona se puede identificar con él, cualquier joven se puede identificar con él desde ese particular momento. Él cuida demasiado sus tenis.

Horacio García Rojas: A mí me pasó en el 2008, cuando se desata la violencia generalizada en el país y que, al mismo tiempo, mucha gente empezó a invertir en gasolineras, por ejemplo, y de repente veías a empresarios que bajaban de sus camionetas bien vestidos, bien peinados, muy bien ataviados. Eso para mí fue la creación del Cimarrón. Un tipo cuidadito, peinadito, planchadito, y que de alguna manera pudiera representar esa parte de la sociedad que ha guardado silencio durante mucho tiempo. Es representar esa parte de la que no se habla, pero que todos vimos. Que todos de repente empezamos a ver que al lado de tu casa construían una mansión de la nada. Cóyotl es una fábula. Es una leyenda fantástica. Entonces, para la fábula necesitamos personajes arquetípicos y necesitas sentirte atraído a estas figuras tan potentes y poderosas para disfrutar el verlas caer.

Hablemos de las secuencias de acción, porque no le piden nada a las de Hollywood. ¿Cómo fue trabajar en una producción tan grande y la preparación para que todo saliera espectacular?

Hoze Meléndez: Para mí fue muy interesante, muy divertido incluso, poder colocarme en situaciones en las que en la vida jamás esperaría. El trabajo del actor te invita a eso: a poder abrazar esas sombras, esos temores, esos lugares en los que incluso se tenía que ver al Armadillo disfrutando el hacer daño. Como actores, no tenemos que ser tibios en ese sentido, sino estar echados para adelante.

Horacio García Rojas: El cobijo de Max, que es la casa de House of the Dragon, y tener a un director como Batan Silva, que ha estado en producciones grandotas internacionales, es una fantasía. Omar Ayala fue el coordinador de dobles de acción. Tenemos elementos que han trabajado en producciones inmensas, saben cómo hacerlo, pero también tienen una cosa muy latina, un corazón muy latino para contar estas grandes historias. Eso me parece fabuloso. Estamos haciendo una serie de aventura, acción y fantasía en México, entre hermanos y hermanas que vivimos en este territorio y que entendemos nuestros contextos.

Mi última pregunta sería: justo mencionaron Juego de Tronos. Si Armadillo y Cimarrón fueran llevados a Westeros, ¿creen que sobrevivirían o se mueren al instante de llegar?

Hoze Meléndez: Son estrategas. Yo creo que sobreviven porque, aparte, no tienen miedo de quemar. Ellos podrían hacer lo que Daenerys Targaryen hace al final, pero ellos desde el capítulo uno.

Horacio García Rojas: Hubieran sobrevivido, pero seguramente su final hubiera sido asqueroso y brutal, igual al de King Joffrey Baratheon.

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