Pareciera hasta profano ver la elección de un nuevo Papa como un thriller político a la House of Cards. Juegos de poder, cabildeo, concursos de popularidad. Pero eso es justo lo que Edward Berger logra con su más reciente película Cónclave y que logra una crítica tan sólida como elocuente de un sistema anacrónico.
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¿Qué es un Cónclave?
De la elección del Papa sabemos realmente poco. Luego de la muerte o renuncia de la máxima autoridad del Vaticano y la iglesia católica se reúnen los Cardenales en el conocido como Colegio Cardenalicio para elegir a uno nuevo de entre ellos. A este proceso se le conoce precisamente como Cónclave. Pero ¿qué sucede dentro de los muros de la Capilla Sixtina al momento de la votación? Robert Harris se lo imagina en su el libro homónimo en que se basa esta cinta.
¿De qué trata esta película de Edward Berger?
Seguimos al Cardenal Lawrence (Ralph Fiennes), supervisor del cónclave luego de la muerte del Papa. A él le toca administrar, revisar que todo lo necesario para la votación se realice en tiempo y forma, así como fungir de lider de todos los cardenales. Sin embargo, vemos a un Fiennes aparentemente cansado, harto de toda la liturgia que lo rodea. Su personaje lo admite en repetidas ocasiones, y es que, como nos irá mostrando Berger, pareciera que en el Vaticano hay muchas prioridades, políticas y sociales, pero Dios es más un pretexto de reunión que un motivo a seguir.
Ya en el Cónclave vemos cómo se forman grupos de interés, y como cualquier diputado o político, cada líder de estos grupos tendrá como meta que más cardenales se unan a su causa. Habrá esencialmente tres posturas dentro, una conservadora, una progresista y una centrista. A la par de esto llega un cardenal que nadie conoce, un mexicano llamado Vicente Benitez cuyo ministerio se desarrolla en zonas de guerra y persecución.
¿Qué nos pareció?
A Berger no le da miedo malabarear con muchos temas. Se toca desde la evidente hipocresía eclesiástica que para obtener el poder hará lo que sea, al rol de las mujeres siempre subordinadas y en las sombras. De hecho, a mi parecer, este es el mensaje más contundente. Y es que a pesar de las contadas participaciones de monjas, su rol resulta poderoso, como un golpe al rostro de los religiosos que dan por sentado su trabajo.
Y no tenemos duda que para los más creyentes el final resultará insultante. Pero lo vemos más como una oportunidad de cuestionar nuestras concepciones y cómo Dios nos crea perfectos. Al final, no consideramos que sea una criticó contra lo divino sino contra los miembros de su iglesia.
Sin duda nos parece una película que abrirá muchas conversaciones y si eso se provoca gracias al cine, bienvenido sea.
Dir. Edward Berger. Reino Unido, 2024. Con alph Fiennes, Stanley Tucci y Isabella Rossellini.
Estreno el jueves 9 de enero en cines.
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