La paloma y el lobo, película mexicana
Foto: Cortesía Calouma
Foto: Cortesía Calouma

Carlos Lenin y Paloma Petra presentan La paloma y el lobo

Platicamos con el director y la productora de esta cinta mexicana acerca de un amor que se desarrolla en la violencia de México

Gil Camargo
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Después de su corto Latitud Norte, el director Carlos Lenin Treviño decidió expandir este universo en su ópera prima La paloma y el lobo, una historia de amor que se desarrolla en un contexto de violencia en un barrio industrial en Nuevo León. Protagonizada por Armando Hernández (Amarte duele) y Paloma Petra (quien además es productora del filme), observamos la violencia sistemática y contextual que se vive diariamente en México.

A manera de conocer más detalles de La paloma y el lobo, que se estrenó el pasado 22 de abril en salas mexicanas, platicamos con Carlos y Paloma, quienes nos contaros más sobre esta dolorosa historia de amor.

¿En qué momento decidieron alargar la historia del corto Latitud Norte?
Carlos: Haciendo mi tesis, que es Latitud Norte, fue la primera vez que como estudiante de cine expuse la posibilidad de compartir las historias concretas que suceden en mí, en mi barrio en Linares, Nuevo León, y fue difícil porque me resultaba más fácil pensar en historias (en el mejor sentido) más académicas, que viniesen del mundo del cine y me costaba compartir este lado intimo de mi identidad. En Latitud Norte se destrabó esa posibilidad y me pareció importante compartir historias de amor que vivían mis amigos, la gente de mi comunidad en este entorno, siendo rodeados de una violencia muy directa. Fue un acto de honestidad y de amor de mi parte para intentar compartir las historias a las que pertenezco.

Además del amor, La paloma y el lobo aborda la soledad. ¿Cómo entretejiste estos dos polos opuestos?
Carlos: La soledad y el aislamiento (más en estos tiempos) es una característica triste y dolorosa de nosotros como mexicanos en este contexto de violencia. Sí reímos mucho y disfrutamos, pero siempre estamos en un contacto directo con distintas facetas de la violencia. Somos seres solos o personas enfrentándonos al mundo entero. Lo que implica enfrentarnos a la violencia sistemática laboral, y a la violencia de la guerra contra el narcotráfico. Es una consecuencia, un daño colateral; siempre somos un número, nunca una sensación o un silencio, nunca una presencia, un romance o caricia. Por eso, para mí era importante poner en el centro al individuo con estos silencios y caricias, porque eso escapa del gran relato histórico que se está escribiendo alrededor de las violencias que vivimos.

Paloma, tuviste el protagónico y también trabajaste como productora. ¿Cómo fue tu experiencia durante el trabajo creativo?
Paloma: Nosotros tenemos una casa productora en Nuevo León que se llama Huasteca Casa Cinematográfica. Ya habíamos trabajado en muchos proyectos y cuando Carlos estaba escribiendo La paloma y el lobo, siempre supimos que yo era Paloma. Primero soy actriz antes que productora, pero justo la falta de oportunidades me orilló a producir y lo agradezco mucho. Ha sido difícil, pero producir me ha otorgado una visión más completa de los que es el cine y eso nutre mi trabajo como actriz, porque nuestra formación es de teatro y justo la producción te da ese enfoque de cine y quiero actuar en cine.

¿En qué benefició a Paloma tu rol como productora?
Paloma: Se volvió más poderoso. Los guiones siempre cambian, pero el personaje fue cobrando más verdad. Una semana antes de filmar vino Armando Hernández a Monterrey, y Lenin nos mandó a Linares; fuimos a imaginar cómo era la relación de Paloma y Lobo cuando eran felices, antes de verlos en la película y así fue como construimos la relación, no tanto de lo que había en el guion, sino a partir de lo que nos transmitían las locaciones, las sensaciones que sentíamos de los espacios.

¿Cómo trabajaron con Diego Tenorio la parte de a fotografía?
Carlos: Fue la continuación del proceso como estudiantes de cine, fuimos compañeros, ambos somos fotógrafos y siempre nos hemos acompañado en nuestros proyectos, dudas y planteamientos estéticos. Para esta película, llegamos con la intensión de permitir que los espacios reales en los que íbamos a firmar, que tenía claros desde que escribí la historia, nos hablaran. Llegamos a escuchar la identidad visual y espacial de cada lugar para comenzar a construir nuestro sistema de imágenes que sabíamos que queríamos. Sobre la luz, revisamos muchas pinturas de Diego Rivera y Goya.

Para la gente que no la ha visto, ¿qué les espera en La paloma y el lobo?
Carlos: Van a ver una historia de amor que sucede en una realidad muy cercana a nosotros y que se convertirá en un relato doloroso. En forma de espejo para reflejarnos y sentirnos menos solos.

La paloma y el lobo Dir. Carlos Lenin Treviño. Con Armando Hernández y Paloma Petra. México, 2019. En cines.

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