Bastidores
Foto: Cortesía de la producción
Foto: Cortesía de la producción

Bastidores, documental que explora el trabajo de 10 artistas

Platicamos con Raúl Cuesta, director de la plataforma Bastidores, producida por Héctor Toledo Teja

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El arte, en cualquiera de sus formas y vertientes, nace del impulso profundo de una persona por expresarse. En cierta medida es esta capacidad de crear sin un propósito meramente utilitario lo que constituye nuestra condición humana.

El documental Bastidores (Cuesta, 2017) da luz a expresiones artísticas de una forma honesta, de darle rostro y voz a un proceso de rara apreciación como lo es el creativo. A lo largo de poco más de una hora, 10 cineastas ahondan en las formas, ideas y sentimientos que constituyen el camino de un artista para crear.

"Queríamos hacer una reinterpretación de la obra para potenciar el mensaje. El cine es una forma de llevar fácilmente a otros lugares el espíritu de cada uno de los artistas. Potenciar el mensaje del pintor como primer objetivo”, comenta Raúl Cuesta, uno de los creadores, junto con Héctor Toledo Teja, de la plataforma Bastidores. Este proyecto derivó en la elaboración del documental y Raúl dirige el segmento dedicado al artista Javier Peláez.

Establecer un diálogo entre artistas es complejo. Debe existir un interés por los trabajos ajenos, una comprensión mutua para transmitir dicha pasión a los espectadores. Para Cuesta, esta atracción se dio debido al radical cambio en el estilo del pintor. “Conocía el trabajo de Javier desde hace muchos años. Me llamó la atención que estaba rompiendo con su estilo. Él venía del mundo del hiperrealismo, de toda su vida; y de repente comenzó a hacer piezas abstractas. Reconocía la valentía de hacer esto, y quería ver cómo se desarrollaba este periodo de su vida”.

Sin embargo, esta apreciación y registro del origen de las manifestaciones artísticas de Javier Peláez también implicaron retos. “Javier se sentía expuesto. En todo documental lo más difícil es el personaje, no es que a diario esté haciendo un documental o entrevistas. Se sienten vulnerables: están ahí sus sentimientos, lo que crean, sus cuestionamientos. Tuve que explicarle que esos procesos son muy valiosos para otros artistas”, expresa Cuesta.

Foto: Cortesía de la producción

Precisamente ahí radica el punto crucial de Bastidores y la razón por la que es un testimonio fílmico sumamente laudable. Esta poderosa exploración de los caminos personales que llevan a alguien a colocarse frente un lienzo y plasmar, no imágenes; sino una particular visión del universo, es una muestra de lo imperfecto y, por ende, del arte.

El valor de la creación radica en su capacidad evocativa e inspiradora. El arte seduce, atrae, nos abre las pupilas, vuelca los corazones e incluso puede llevar a la acción. “Cuando vi el trabajo de los demás, pintar fue incontrolable. Desde que empecé a producir la película empecé a comprar papeles, pintura y acrílicos. El mensaje primordial es ese, que la gente se motive a probar”, finaliza el cineasta.

Bastidores es uno de los filmes que componen la selección oficial del Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México (DocsMX).

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