A place without fear Susanne Deeken
Foto: Cortesía
Foto: Cortesía

A place without fear: Hablamos con su directora Susanne Deeken

Este corto llegó a MUBI y se antoja para ver algo tétrico y un poco de miedo, pero muy experimental.

Ángel Arroyo
Publicidad

Es en el cine experimental que siempre encontramos las propuestas más interesantes, más cuando se trata de explorar los miedos, las angustias. Y creemos que esta película es una obra de arte en muchos niveles, tanto a nivel cinematográfico que funciona tanto como una animación stop motion, como una pieza plástica que se construyó en una casa. Sí, con todo esto nos enfrentamos al hablar de A place without fear, de la cineasta y pintora Susanne Deeken. Puedes ver esta película ya en MUBI y para que te acabes de convencer, hablamos con Deeken sobre cómo fue crear esta pieza. 

Te puede interesar: Débora Delmar: Liberty & Security, una exposición sobre gentrificación en el Museo Jumex

Cuéntame sobre la realización. Parece como una animación stop motion hecha dentro de una casa, donde intervienes en cada espacio. 

Susanne Deeken: Sí, fue algo curioso porque tenía esta idea desde hace mucho tiempo, la de hacer algo dentro de una casa. Para mí, la casa era como una metáfora del espacio mental. Hice esta casa digitalmente, luego otro cortometraje mío fue seleccionado en un festival que me llevó a Detroit. Un amigo me mostró la ciudad y vi muchas casas que eran casi idénticas a la que ya había hecho digitalmente. Empecé a buscar una casa para alquilar y, finalmente, encontré una casa. Cuando la vi, era exactamente igual a la que ya había diseñado, así que pude usarla en conjunto con la versión digital. Fue algo muy raro, como si estuviera destinado a ser. Fue hermoso.

También noto cierto malestar en la casa, en las formas, las texturas, los espacios... ¿De dónde provienen estas ideas?

Susanne Deeken: Es un poco difícil hablar de esto porque es algo muy personal y emocional, pero haré mi mejor esfuerzo. Para mí, la casa era una metáfora de la mente y de esa lucha interna que a veces parece un bucle interminable. No es un proceso lineal de estar en problemas y luego ver la luz, sino más bien momentos de claridad seguidos de caídas. Pasas de ser víctima a perpetrador y luego vuelves a ser víctima. O tal vez eres víctima de ti mismo. ¿Te ayudas o te estorbas? Es esa lucha interna de la mente. Estaba pasando por un momento difícil y trataba de expresar eso para poder entenderlo mejor. 

También me parece interesante la línea entre el videoarte y el cine experimental. ¿Pensaste siempre en este cortometraje para el cine? ¿Lo llegaste a imaginar en una instalación o museo?

Susanne Deeken: Curioso que lo menciones, porque realmente empecé a hacer cine durante el confinamiento. Soy pintora, y lo que ves en la casa es una versión de mis pinturas. Obviamente, cada pintura individual es mucho más definida que lo que hice en la casa, porque son 12 imágenes por segundo. Pero la idea detrás de ambas cosas es la misma. No lo veía tanto para cine o festivales, lo imaginaba más en un contexto de galería, junto con mis pinturas. Pero luego tomó otra forma. Realmente no sabía lo que estaba haciendo, solo lo hice porque lo sentía necesario. Todo comenzó cuando quería aprender a hacer GIFs, pero luego empecé a hacer estos pequeños filmes que comenzaron a ganar premios en festivales, y me sentí muy agradecida y como una impostora al mismo tiempo. Aprendí todo viendo tutoriales en YouTube, fue como una bola de nieve que me llevó en este viaje sin haberlo planeado.

Cada rincón, imperfección en la pintura, las ventanas, las puertas, forman parte de la gran obra. ¿Cómo fue dejar ese set al final? ¿Cómo fue dejar la casa?

Susanne Deeken: Fue muy extraño porque, al final, solo dejas la última imagen detrás. Destruyes todo lo que haces. Volví a Detroit seis meses después para hacer una remezcla de la música y volví a la casa. Fue muy raro, pero lo más curioso fue que los dueños de la casa me dieron las gracias. Me sorprendió, porque muchas de las pinturas eran bastante oscuras y ominosas, no precisamente acogedoras, pero ellos estaban contentos. En general, fue una experiencia positiva.

¿Alguno de tus miedos personales se refleja en este cortometraje?

Susanne Deeken: Definitivamente. Como mencioné, estaba pasando por un momento difícil, y el proceso de hacer el cortometraje fue como una gran sesión de terapia. Trabajé sola la mayor parte del tiempo, y fue muy catártico. Me ayudó a superar lo que estaba viviendo.

No te pierdas: Las 15 mejores películas de terror mexicanas

Recomendado
    También te puede gustar
    También te puede gustar
    Publicidad