Es un “mi dolor por una tragedia familiar es tan insoportable que me aferraré a un mal novio”. Si eso no te parece horror, recuerda todas esas relaciones tóxicas que has tenido, y si aún no estás convencido, Aster te golpeará en la cabeza con un martillo gigante empuñado por paganos suecos.
El horror es lo que le pasa a las personas que ya están vacías y son vulnerables. Esa es la idea que Aster ha dado en dos de sus trabajos de clase mundial, primero con Toni Collette como una furiosa madre al final de la cordura en El legado del diablo, y ahora con Florencia Pugh como Dani en Midsommar: El terror no espera la noche.