10 películas imperdibles del FICM 2019

 La trama estrictamente teórica de la película tiene al rey George V y a la reina María planeando una visita a la gigantesca pila señorial de la familia Crawley durante su gira de 1927 por Yorkshire. Esta noticia tiene a Robert Crawley (Hugh Bonneville), su esposa estadounidense Cora (Elizabeth McGovern) y su hija de mente moderna Lady Mary Talbot (Michelle Dockery) en un giro: es preocupante que su antiguo chofer, y ahora miembro de la familia, Tom Branson (Allen Leech) sea irlandés. ¿Podría haber un republicano en medio de ellos? "Espero que no esté construyendo una bomba", dice alguien con suavidad. 

Nos encontramos con una familia dura que vive en un semisótano con vista a un callejón donde a la gente le gusta venir y mear. El esposo Ki-taek (Song Kang-ho), la esposa Chung-sook (Chang Hyae-jin) y sus veinteañeros hijos están viviendo juntos, haciendo trabajos extraños como armar cajas de pizza. El papel de la película se enciende cuando Ki-woo falsifica su CV y ​​comienza a dar clases particulares a la hija de un apuesto joven empresario rico, Park (Lee Sun-kyun) y su esposa igualmente atractiva y pulida Yeon-kyo (Cho Yeo-jeong). 

Matt Damon y Christian Bale, ambos vuelven a sus modos juveniles y agradables, autos de carrera y disputas como hermanos en Contra lo imposible, una pieza de la década de los sesenta que funciona mejor cuando se mantiene en el camino, literalmente, en medio de la presión competitiva. El tejano Carroll Shelby (Damon), un diseñador de automóviles inspirado, cuyos problemas cardíacos paralizaron su carrera, y Ken Miles (Bale), el conductor salado de origen británico que dominaría el campo, eran un dúo de la vida real.

La película aborda la vida real de Franz Jägerstätter (August Diehl), un austríaco cuya negativa a prestar juramento a Hitler y servirle lo convirtió en un paria, primero en su pueblo, luego con las autoridades nazis. Nos lo presenta como un granjero y un hombre espiritual que vive con su esposa Franziska (Valerie Pachner) y sus hijas jóvenes en una montaña.

En el espíritu de La vuelta al mundo en ochenta días, el escritor y director de ParaNorman, Chris Butler, sigue al explorador de la era victoriana, Sir Lionel Frost (con la voz de Hugh Jackman), un londinense alienado, obsesionado con bestias legendarias como el Monstruo del Lago Ness. Para demostrar su credibilidad ante los escépticos de un elegante club exclusivo, Sir Lionel viaja al Noroeste del Pacífico en busca de una bestia folclórica que pueda arrojar algo de luz sobre la evolución de la humanidad. Aquí es donde conoce al Sr. Link (Zach Galifianakis), una criatura deliciosamente torpe. Junto a la intrépidamente independiente Adelina Quincena (Zoe Saldana), el dúo aventurero se embarca en una búsqueda para localizar a los parientes lejanos de Link en el mítico valle del Himalaya, mientras el codicioso villano de Timothy Olyphant espera descarrilar la expedición.

Ahora, completando un círculo cósmico, Hogg presenta a Honor Swinton Byrne, quien interpreta una versión autobiográfica de ella misma como una joven estudiante de cine que mira a través de cámaras cargadas de primavera y despierta a los placeres y angustias de principios de los ochenta, en Londres. Ver a Julie de 24 años, angelicalmente inocente, de voz suave, hace que de inmediato haya conexión de corazón a corazón. Julie sigue siendo lo suficientemente infantil como para besar al perro de la familia, pero se está volviendo seria, escribiendo sus ideas de guiones, entrevistando seriamente a profesores y críticos. 

El suministro de agua local se ha detenido, hay un dron en forma de ovni volando secuestrando a los locales uno por uno. Bienvenido a la ciudad brasileña de Bacurau, el escenario polvoriento y duro para un placer culpable, supremamente violento, de una película que contiene elementos de western, John Carpenter y thriller, un ingenio mordaz y una racha de comentarios políticos picantes. Bacurau se sitúa en “algunos años”, aunque hay pocas pruebas futuristas. La ciudad es una comunidad muy unida en el sertão de matorrales del remoto noreste del país, aislada y autosuficiente.

Aunque el veterano director italiano Marco Bellocchio ha tenido una carrera larga, prolífica y muy distinguida, hay que decir que también es algo desigual, quizás poco sorprendente dado que ha tenido un rango tan amplio en términos de material. Afortunadamente, este retrato de Tommaso Buscetta, un soldado de la Cosa Nostra de Sicilia, que en los ochenta decidió hablar en la corte sobre las actividades de muchos colegas mafiosos, es una de sus mejores películas; de hecho, bien puede ser su mejor logro en muchos años.

Céline Sciamma es una de las jóvenes cineastas francesas más emocionantes: sus películas son estudios íntimos e intensos de niñas o mujeres jóvenes en un punto de profundo cambio en sus vidas. Todas son historias contemporáneas y realistas. Ahora, con Portrait of a Lady on Fire, ha elaborado una historia poderosamente original de arte y amor, ambientada casi por completo en una isla en el siglo XVIII.  Opera en el nivel de una fantasía pictórica y radical, justo en algún lugar a la izquierda de la realidad. Es el trabajo más desafiante y cerebral de Sciamma hasta la fecha, y está lleno de ideas sobre artistas y musas, la mirada femenina y la solidaridad. 

Casi puedes saborear la sal en tus labios, en el nuevo horror psicológico de Robert Eggers —La bruja (2019)— que te dejará con un temblor de piernas. El faro es una cinta sobre un par de fareros que viven en una isla lejana frente a la costa de Nueva Inglaterra, a principios del siglo XIX, y está iluminada por las fascinantes actuaciones de Robert Pattinson y Willem Dafoe. Dafoe es Tom Wake, un viejo perro de mar con una pipa de barro que sobresale de su gruesa barba y el jefe del faro. Una amalgama de clichés salados (que el guión reconoce ingeniosamente, incluida su pata de palo); amor por la ginebra, las canciones de mar y la langosta.