Alba preserva su amigable y extrovertida personalidad desde que abrió hace tiempo bajo riendas del chef Alejandro Cabral. Este año tuvo nueva adición con un pequeño bar especializado en vinos y, de entrada, ya se siente como colega de los bares caseros para las noches del no sé a dónde salir.
Arriba está el restaurante especializado en cocina mexicana contemporánea, pero el sótano guarda la magia vinícola. Con decoración sutil y minimalista, te adentras a un pasillo un poco largo y angosto con concreto alrededor; se denota elegante con toques urbanos.
Con una playlist tocando “Walk On The Wild Side” de Lou Reed, el entorno resulta placentero. La iluminación más tenue combina con el mood de enología. Si eres curioso de los vinos raros, acá hay para elegir; por ejemplo, el perro raro, un merlot mexicano que viene del Valle de Guadalupe y sabe a frutos secos.
Checa el menú de cerveza (lo tienen en un pizarrón de gis), tienen pilsner o rye lagger a $45, y si la quieres muy maltosa puedes pedir recomendaciones en barra.
Más entrada la noche, este particular sótano te deja gustoso con una copa para alivianar el día rutinario. Nos caería bien que abra los lunes, para despejar la mente desde temprano.