Wine geeks: déjenlo todo, porque les urge conocer el nuevo Wine Bar by Concours Mondial de Bruxelles. El lugar, coordinado por Carlos Borboa, director del Concurso Mundial de Bruselas para México, sirve todos los vinos y espirituosos medallados y, lo mejor de todo, los sirve sin pretensiones.
El Wine Bar by Concours Mondial de Bruxelles está dividido en salas; cada una de ellas está pensada para ser una experiencia diferente. En la primera hay 18 opciones de vino por copeo que van cambiando cada semana y, para que puedas probar más etiquetas, sirven copas desde 50 hasta 150ml. Se vale pedir una copa, ser libre, y caminar por el resto del wine bar.
La siguiente sala es la wine library, llena de todos los vinos y destilados mexicanos medallados por el Concurso Mundial de Bruselas. Ahí, los vinos están para leerse: tienen un código, como en las bibliotecas de la infancia, y en la parte de atrás está toda la información del fermentado: variedades, regiones de producción y qué medalla obtuvieron en el concurso.
De ahí, hay que subir al segundo piso, en donde están los vinos y espirituosos del resto del mundo; cerca de 250 etiquetas. La intención es que, en el transcurso de un año, entre tres mil y tres mil 500 etiquetas hayan sido descorchadas en este bar. ¡Imagínate, tendrías que tomarte 10 copas distintas cada día para probar todos los vinos del año!
El siguiente salón es el Oak Room, ambientado como un bistrot europeo, en donde se vale sentarse a leer acompañado de una copa de vino. Y para los más clavados está el último salón, el speakeasy más ñoño del mundo: las aulas de la Escuela Mexicana de Té y de la Escuela Mexicana de Sommeliers, que están tras una puerta oculta.
La propuesta culinaria del wine bar es contundente: no hay cubiertos. La intención es quitarle lo protocolario al vino, entonces, todas las tapas se comen con las manos. Te recomendamos la súper sexy hojaldra de mole, rellena con pavo rostizado. Eso sí, la misión es para valientes: requiere sí o sí de chuparte los dedos mientras te tomas tu copa de vino de concurso. También hay quesos; la selección estuvo a cargo de Lee Salas, experto en encontrar quesos tipo europeo hechos por productores mexicanos. ¿Algo dulce? unas trufas de chocolate.
La oferta de destilados, todos medallados, también es sorprendente. Eso sí, en este wine bar no hacen cocteles, y eso incluye a las aguas tónicas o aguas minerales. El destilado que pidas, te lo tomarás derechito; pero no es esnobismo, es para que aprendamos a valorar los productos por sí mismos.
El Wine Bar by Concours Mondial de Bruxelles es atendido por puros wine geeks que andan en tenis y jeans y que no esconden sus tatuajes. El tipo de servicio es como en una Mac Store; cualquier persona a la que le preguntes, está más que capacitada para darte información y para establecer el diálogo que tú quieras alrededor de los vinos, los destilados y las tapas. Pura comodidad, puro conocimiento, y puro gusto de beber y compartir los mejores vinos y destilados del mundo, a un precio súper accesible.
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