Si no vas a la playa, deja que la playa llegue a ti. O mejor aún, que una fiesta playera retro con bola disco llegue a tus planes desde jueves en la noche. Así va la vibra en Terraza Fortuna, cuyo fortunio nos llegó cuando pensábamos que el reven de la Miguel Hidalgo ya se nos hacía rutinario.
El lugar te lo recorres entero a primera vista, es pequeño pero picoso: piso estilo ajedrez, sillas altas con mesas tipo casino y una barra estilizada entre botellas, mármol e iluminación ardiente; al fondo y entre vegetación está la sección lounge con sillones rojos y cojines tropicales: ahora sí, tráiganme la margarita.
En el menú reluce la coctelería de autor y la cocina del chef Jorge Mujica, creador de We Love Burgers, quien para Terraza Fortuna ideó un concepto bistro tropicalizado: almejas, ostiones y langostas que traen de Ensenada para brindar aires playeros hasta el paladar.
Daré un salto para decir que sí o sí hay que pedir aguachile, de camarón bajo los efectos del picor adictivo del chile chiltepín (el “oro rojo”, como se le dice en Sonora), sobrellevado frescamente con pepino persa y remate en cebollita morada. La segunda recomendación llegó con tacos de rib eye cuya tortilla muy rota nos dejó dudosos, pero la carne auxilió con suavidad precisa y un premio grasosito de tuétano.
El viaje playero de las papilas gustativas se acompaña de un vasto menú coctelero armado por los bartenders Daniel Hernández, máster en whiskies, y Joksan Herrera, semifinalista de World Class 2018. Color melocotón servido con bolsa de té de durazno, el gipsy peach tea conquistó con whisky, vino blanco y licor de albaricoque en un balance dulce y burbujeante.
Atomic watermelon para resaltar el dominio de México sobre sabores frutales, elaborado con whisky, sandía, pepino, limón de Colima y remate de licor de chile verde.
Bueno para satisfacer la nostalgia vacacional, curar crudas con brunch dominical o desgastes oficinistas, total, si no tuviste la fortuna de librar el tráfico de Polanco, ¿por qué no alargarla en una terraza?