Una casona que data de principios del siglo pasado alberga una peculiar taberna que se concibe a sí misma como “un espacio de encuentro alternativo”.
Muy cercana al Metro Cuauhtémoc, sólo se tienen que atravesar un par de calles para toparse con una fachada imponente, desde cuyas ventanas se aprecia un interior seductor, de luces muy tenues y cómodos sillones que invitan a beber un whisky tras otro.
Aunque el esfuerzo por la remodelación de este edificio, -que en épocas pasadas fue una imprenta-, es notable, lo más impresionante es la barra.
La estructura de metal redonda ocupa el centro del bar como un altar a la mixología. Despierta curiosidad y asombro; es un símbolo de que aquí se toman en serio el arte de los cocteles, e invita a pedir algo más que una cerveza o un caballito de tequila.
Todo el concepto de la Taberna gira en torno a los manuales de alquimia medievales y presentan sus creaciones etílicas como pócimas para incitar al amor o a la fortuna, con nombres en latín. Sin embargo, el grimorio es, por ahora, limitado, pues su menú fijo sólo consta de cinco preparados.
Elegí un luna fixa, que lleva bourbon, potaje de guayaba, menta fresca, un toque de jugo de limón y top de soda. Dulce y refrescante, tendría el potencial de ser una gran bebida si no fuera por un exceso de hojas de menta. Tanta hierba interrumpe la sencillez de la mezcla de alcohol y fruta.
Después pedí un fénix, con ron añejo, tequila reposado, mezcal joven y un toque de Galiano. La combinación de tres fuertes destilados es un golpe al paladar que desarma de inmediato. Quema, sin ser terrible.
La comida es sencilla, pero con un toque de creatividad: mini-hamburguesas, un montadito de camembert acremado con cerveza oscura, una brocheta de pollo rostizada con salsa de cilantro. Al mediodía cuentan con un menú tipo brunch con opciones de cocina rústica con un toque mexicano, como costillas de cerdo braseadas y pollito rostizado en horno de leña con salsa roja martajada.
En definitiva, este bar sexy y misterioso podría convertirse en un excelente refugio de amantes clandestinos. Hay algo de ilícito y pecaminoso en sus bebidas y rincones oscuros. Además, recientemente organizaron una cata de chocolates, puros y ron. Magia negra en toda su expresión.
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Time Out dice
Detalles
- Dirección
- Lucerna 34
- Juárez
- México, DF
- 06600
- Precio
- Consumo promedio por persona $300
- Horas de apertura
- Lun-mié 2-8pm, jue-sáb 2pm-2:30am
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