La apariencia de Pin-up tap room es súper desenfadada. Es el bar de la cuadra (que ojalá estuviera en mi cuadra), en donde bien podríamos instalar el home office, para trabajar con la mejor compañía: una cerveza artesanal mexicana, o un vino mexicano.
La oferta de cervezas es cumplidora. Las imperdibles son las de la marca Pin Up’s, las de la casa: la maestra cervecera es la mera patrona de Barley & Wine, que produce sus cervezas y las tiene disponibles en el bar. Pero eso sí, cuando se acaba, se acaba. También hay variedad, al menos 50 cervezas distintas cada semana entre las que se encuentran las viejas conocidas como Wendlandt, Fauna, Delirium y Sierra Nevada.
Si lo tuyo no es la chela también hay una buena oferta de vinos mexicanos. Poquitas etiquetas, pero no se necesita más: Santo Tomás, Vinícola Santa Elena y Cuatro Soles son algunas de las opciones que encontrarás en este bar.
La comida es la típica del bar de chelas. Nosotros le entramos a la tabla de quesos y carnes frías, que está pensada para acompañar a tu copa de vino, pero que también va re bien con una cerveza. Luego nos echamos unas alitas; las de habanero fueron las favoritas. Para terminar, y para compartir, unas papas gajo. La oferta de comida es súper botanera e informal, lo que hace a este bar uno bien cómodo.
Y olvídate de las formalidades. Pin-up tap room es un lugar sencillo, informal y apapachador que te atrapa con un menú curado por expertos en vinos y chelas para que te encuentres con los mejores estilos y etiquetas, en la comodidad del bar de la cuadra.