¿Se acuerdan de la película El Jardín Secreto?, aquella donde Mary encontraba, en una casa vieja, el camino para un jardín increíble y que se volvió todavía más increíble cuando ella lo pimpeó. Pues así es el Patio Escondido de Monstruo de Agua, que está efectivamente escondido, detrás de un pasillo, en una casona en la Roma.
Los ajolotes inspiran el nombre de este proyecto (ajolote o axolote viene del náhua, y significa, oh, sorpresa, monstruo de agua), y han fascinado a muchos más. Entre ellos a Cortázar, que hasta cuenta en Axólotl cómo se convirtió en una de estas criaturas: “Los ojos de los axólotl me decían de la presencia de una vida diferente, de otra manera de mirar.”
Estos mismos seres inspiran Patio Escondido, el bar de Monstruo de Agua, una cervecería artesanal en la CDMX. Lo cool de estas chelas es que además de ser muy ricas, son producto de un proyecto que se piensa desde el campo hasta la copa. En esta cervecería hacen chelas híbridas, que incorporan ingredientes agroecológicos típicos de nuestro país y de su diversidad biológica y cultural para retomar la cultura culinaria y herbolaria mexas. O sea que una chela de Monstruo de Agua puede estar hecha con higo, hongos, cempasúchil, hoja santa…
Además, estas cheves se hacen pensando en la sustentabilidad y privilegiando agricultores que tengan prácticas regenerativas. Es decir, son responsables con el medio ambiente y compran el 90% de sus insumos en México, ayudando así a la economía local.
Pero lo que nos trae hoy aquí es el Patio Escondido, el bar de Monstruo de Agua. Se trata de –duh- un patio que se esconde en el interior de una casona en la Roma. A lo mejor si te decimos Roma pensarás: “ay, ya, chole”, y tendrás razón. Pero en este espacio te vas a sentir alejado de la ciudad, de tus pendientes y de la vida real.
Ahí, en un espacio completamente pet friendly, Monstruo de Agua sirve sus increíbles chelas, hidromieles, sidras y sodas artesanales. Y nada más. Pronto se armarán un concepto de cocina a la leña y armarán pop ups cada fin de semana; la tarde riquísima de domingo que nosotros fuimos nos tocó probar la comida de Bob Marlin, otro concepto de la Roma a través del cual Ricardo Rendón preparaba unas tostadas de camarón y de marlín ideales para la tarde soleada y chelera.
Las cheves disponibles van cambiando de acuerdo a la temporada; nosotros probamos la fresquísima Lager Mexicana, hecha con amaranto inflado y, lo más padre, solo con ingredientes mexicanos. También probamos la Hoja de Higo Pils, una Pilsner con hoja de higo y miel de agave (ñams) y la Salamandra de Fuego, una Milkshake IPA hecha en colaboración con la cervecería michoacana La Brü.
A este patio puedes ir a esconderte de esta realidad para sumergirte en otra: la del campo mexicano, que puede ser responsable con la sociedad y el medio ambiente y, además, puede hacer chelas de impacto, bebidas increíbles como sidras e hidromieles y, seguramente, hacerte tan feliz como a mí.
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