La Piquería es un lugar de encuentros. Llegamos al lugar con afán de tomar un mezcal y una chela, pero después de subir las escaleras encontramos el paraíso. Esa noche había un evento para presentar la colección de una diseñadora textil potosina, Mónica Salazar, de Étnica Fusión, quien muy amable y con mucho entusiasmo puso a la venta los diseños en los que trabajó durante la última temporada. Hubo mojitos de cortesía.
La carta es variada, pero se especializan en el mezcal y los quesos. Pedimos un plato tangamanga con quesos artesanales de Villa de Reyes (provolone, queso de chiva y queso botanero), con cabuches en escabeche y ate de membrillo, en combinación con una degustación de los mezcales de la casa: ¡Uffff! Para chuparse los dedos. Este lugar tiene onda, buen servicio y todo está delicioso, sería imposible salir sin una sonrisa en la boca.