La actitud que tienen en este bar es lo mejor y el concepto es como la cerveza: fresco, informal, despreocupado, sofisticado, delicioso e incluso, juerguista. Hoppy es lúpulo en inglés, así que bienvenido a su casa. De todo México, este es el tercer bar cervecero con más barriles –son 30– y el segundo en la CDMX.
Es un local abierto, la decoración está cargada de madera, en el techo pusieron tablas a diferentes distancias lo cual le da una profundidad bizarra y en la barra luce galana la treintena de llaves de barriles. Es muy pequeño así que se aprovechan las mesas sobre la acera cual terraza.
La carta muestra más de cien cervezas en marcas, estilos y regiones; las letras son pequeñísimas, pero no importa porque el staff te lo resuelve en dos preguntas y una mirada. Según me contaron, han aprendido a leer a los clientes para ayudarlos a definir el estilo de cerveza que necesitan ese día. ¿Qué influye? Pues tu estado de ánimo, sed y hambre. Eso sí, ni se te ocurra pedir una cerveza michelada o cubana, ni siquiera la pidas en la botella. No es que sean sangrones; se respeta mucho la labor artesanal que hay detrás de la espumosa y venir a Hoppy House se trata de disfrutar su pureza y complejidad.
De repente tienen ejemplares como la Xoco, una artesanal de San Diego, California, que llega a costar 720 pesos, también tuvieron una edición especial de Game of Thrones estilo black saison que costó 550 pesos. No te espantes, los martes hay promoción de pintas nacionales por 45 pesos y los precios regulares, según el estilo, no rebasan los 90 pesos. Esto es artesanal después de todo.
El menú es de res, puerquito y jabalí. Buena suerte decidiendo qué salchicha asada quieres. Hay chistorra española, la banger de Inglaterra, la spicy thai de Tailandia y hasta la kielbasa de Polonia. Probé la cajun de receta francesa con mucho comino, tomillo y mejorana, también con mucho ajo y paprika, una bomba de salchicha acompañada de sauerkraut y papas fritas. Tomé el maridaje sugerido con una muy robusta American Pale Ale nacional, una Sta. Huguiña muy generosa y cobriza al ojo. También combinó perfecto con los tacos de jabalí estilo carnitas que pedí después. Si preguntas, te van a recomendar las hoppy fries, son papas fritas con trozos crujientes de tocino y gratinadas con queso gouda, te reto a que las pruebes con sus aderezos de guacamole o pimientos.
Debemos unirnos al movimiento chelero que sigue creciendo en la ciudad, no importa que no sepas de cervezas, no te quedes con dudas y empieza a desarrollar este gusto adquirido con los que saben. Mientras lo haces, pasa un buen rato sin preocuparte por la sed.