En Juan Escutia es inevitable notar la presencia de esta boutique mezcalera. Esto se debe a una iluminada jardinera con mesas en plena banqueta, separada de la avenida por diversas plantas que te hacen sentir en un ambiente selvático. El diseño relajado de El Grifo corrió a cargo de la arquitecta Mariana Casas, quien supo conjugar la decoración del exterior con un interiorismo de calidez tradicional mexicana; esto resultó en un espacio privado que te quita las distracciones del resto de la ciudad.
Por dentro es un lugar reducido con una barra simple en donde compras desde media onza, hasta una botella. Los estantes repletos de botellas de mezcal (las mejores marcas y estilos en México) y cervezas hacen juego con las dos mesas y los bancos de madera y bases de hierro forjado que están en el exterior.
La carta es extensa en agaves: desde los clásicos espadín y tobalá, hasta otros más raros como el tobaziche y cupreata. Hay de distintas procedencias, principalmente de Oaxaca, Michoacán y Guerrero. Te recomiendo probar el madre cuishe, tiene un sabor seco, notorio y ahumado.
Aquí le saben al negocio, pregunta por las cervezas artesanales, y como han hecho mancuerna con Pizzas Nosferatu –al lado–, puedes acompañar tu mezcal con una pizza artesanal de jamón selva negra y jitomate fresco, por ejemplo.