El Dux de Venecia es la cantina más vieja y legendaria de Azcapotzalco. Con 101 años de historia, el local de dos niveles y paredes tapizadas de azulejos color aguamarina, es lugar de reunión de clientes de hace décadas y gente joven que entiende la importancia de que un sitio como éste sobreviva.
No hay música, ni rocola. El ambiente se pone solo. En la carta de comida hay botanas y platos fuertes que se brindan a todos, a cambio de consumir sus famosas “bolas” de cerveza de barril, o cualquiera de los cocteles que salen de la barra —especialmente uno llamado Limoncito, que es el insignia de la casa y lleva vodka, jarabe, agua mineral y jugo de limón—. También, como buena cantina de tradición, tiene una sección de tortas. Te recomendamos la de bacalao y la de milanesa.
Las botanas cambian todos los días, pero tienen varias opciones que son fijas por semana. Los lunes siempre hay caldo de oso (como ellos llaman al de res); los martes, fabada; miércoles, pozole; jueves, caldo de camarón; viernes, consomé de cordero y frijoles charros; sábado, mole de olla y domingo, pancita.
En los platos fuertes no hay regla. Con suerte encontrarás caracoles en mole, quesadillas de sesos, costillitas de puerco en salsa verde, taquitos dorados de pollo, chicharrón en chile pasilla, pollo con rajas o chilaquiles.
Por qué ir: no hay música, tienen buen sazón, los precios son razonables y se siente un ambiente de camaradería.