El Botellón Polanco

En las aceras de las Ramblas en Barcelona o en los callejones de Madrid, es común encontrar grupos de casi adolescentes que gritonean, bailan y festejan la alegría de vivir en pleno espacio público. A este fenómeno parrandero se le conoce como botellón, e implica una gran cantidad de alcohol, oídos acostumbrados a altos decibeles y un nivel considerable de resistencia a amanecer con cruda entre semana.

Botellón es también el nombre de este bar de tapas en Polanco, que abrió sus puertas sobre la calle de Anatole France luego de que cerrara (temporalmente, dicen ellos) su primera sucursal en la Condesa.

El bar continúa con el mismo concepto: tiene varios pisos en los que podrás encontrar a la godiniza fresona jugando futbolito o beer pong con una copa de vino tinto en mano. Predominan los últimos éxitos de pop de la madre patria; no te preocupes, si lo tuyo no es Alejandro Sanz o David Beibersbal, en el lugar suele haber tanta gente y tanto ruido que la música de fondo es apenas perceptible.

Definitivamente, lo mejor son los precios. Chelas, vino español tinto o blanco, patatas bravas decentes, un par de montaditos de jamón serrano y un caballito de tequila apenas le harán un rasguño a tu tarjeta de crédito. Si tienes ganas de salir y no han depositado, aquí encontrarás una fiesta sin derroche con el potencial de durar hasta el amanecer.

Sólo tengo una advertencia. Botellón, a nadie le gustan las medias verdades. Por ahí de las 11pm nos entregaron un boletito con una imagen de lotería. Se trataba de una rifa para un viaje a (cito) “un destino de playa, que puede ser Huatulco, Los Cabos o Cancún”. Después de varios intentos, alguien anunció “¡El mundo!”. Mi amiga corrió a la entrada con una sonrisa; tenía el mundo en su boleto. Poco le duró la felicidad, pues el premio se trataba de un tiempo compartido por el que tendría que pagar $500. Ya lo saben: no confíen en los boletos de lotería.

Fuera de esa experiencia, el ambiente es divertido y te hace sentir a medio camino entre un bar desenfadado y una fiesta en casa de algún amigo. Es un gran lugar de precopeo, para tomarse una copa después de cenar en Polanquito o para desestresarse después del trabajo. Cuida tu bolsillo y festeja como madrileño en Polanco.