Martini, Mr. Martini
El Libro de Plata de los Cocteles (2008, Ediciones Robinbook), escrito por Carla Bardi y Lorenzo Bigongiari, revela más de mil recetas de coctelería, desde aperitivos y tragos largos hasta mocktails, y su repertorio habla mucho acerca del martini. Entre las leyendas de su origen mencionan que el martini se creó en 1910 en Estados Unidos (mientras Porfirio Díaz llevaba 34 años siendo presidente en México), y que el nombre deriva del Sr. Martini, un italiano con gran manejo del vermut y la ginebra que fue contratado como jefe de barra en el Knickerbocker Club de Nueva York.
Foto: Alejandra Carbajal
La hora feliz
Si hablamos de personajes que entregaron cuerpo y alma al martini, está el historiador americano Bernard DeVoto, quien alguna vez citó que “no puedes mantener un martini en el refrigerador más de lo que puedes tener un beso”. En su libro The Hour: A Cocktail Manifesto (1951) afirma que la única bebida que puede (y debería) tomar a las seis de la tarde en punto, es el martini. ¿Coincidencias con la happy hour de nuestros tiempos?
Batalla de bases
Bueno, lo que James Bond tomaba en realidad era vodka martini —vodka + vermut seco— y lo pedía “agitado, no revuelto”, técnica que el escritor británico William Somerset debatía porque afirmaba que el martini “siempre debe ser revuelto”. Así como existe esta dialéctica, también hay quienes afirman que el clásico de clásicos solamente puede llevar ginebra y su respectivo cuarto de onza de vermut seco. ¿Tú cómo lo prefieres?
Foto: Alejandra Carbajal
Dónde tomarlo
Mientras haya un rayito de esperanza para volverlos a visitar, los bares de la CDMX con los mejores martinis son: Limantour (Álvaro Obregón 106, Roma) que no por nada es el número 10 en World’s Best Bars; King Cole Bar (Paseo de la Reforma 439, Cuauhtémoc) ¿quién diría que no a un vodka martini con vista a Reforma? Hanky Panky (speakeasy) añade garnituras de naranja y florales, y en Tokyo Music Bar (Río Pánuco 132, Cuauhtémoc) sirve, posiblemente, uno de los mejores dry martinis que hay.