Hay rock noventero y pop, es un bar tranquilo con decoración un tanto bohemia y luces bajas, para ir incluso a la hora de la comida y tomar un lugar en la barra o en cualquiera de las mesas.
Lo primero que elegí fue una Border Psycho Black Saison, una cerveza artesanal ligeramente amarga y de consistencia espesa, muy refrescante para estos calores atemporales. Hay más de 60 etiquetas de cervezas nacionales e importadas, además de 12 artesanales mexicanas. También me animó un martini de mazapán, que aunque su aspecto de leche con espuma no me encantó, la combinación de vodka, frangelico, cacahuates tostados y caramelo resultaron perfectos para alguien que ama las bebidas dulces.
Me gustó el carajillo chelango con expreso y cerveza, además de una textura suave y una cantidad justa de espuma; es un rico levantón para después de comer, que por cierto no fue posible en mi visita porque no había gas, no me quedó de otra mas que echar la Chela & Go. Espero que la próxima vez pueda averiguar si el queso fundido, los tacos de lengua y las costillas bbq son dignos representantes de la cocina de barrio que anuncia este bar.