¡Presiona start! En algún momento de tu vida cambiaste el control de la consola por una chela, pero estimado gamer de la CDMX: ahora puedes tenerlo todo en un sólo lugar (no se garantiza el ligue).
En las mesas está la pantalla conectada a un emulador con juegos de las plataformas Atari hasta Play Station 1, date vuelo y procura ignorar las caras extasiadas de la población mayoritariamente masculina en el sitio.
Para vivir la experiencia hay que pedir una mesa y tener un consumo mínimo de 300 pesos, a partir de la segunda hora 150 u 80, que te cobrarán si no consumes. Pero, qué mejor que una hamburguesa big boss con 200 gramos de carne, tocino y cheddar para una partida de Super Mario, un chilli dog con salchicha jumbo o un sándwich philly bob-omb con filete y pimientos. Hay botanas al estilo junk food como dedos de queso, boneless o los sonic rings de cebolla; acompáñalos con los cocteles de la casa como un magic potion con Hpnotiq, licor de manzana y pepino.
Las horas se pasan rápido, no te vayas sin echar ojo a la tienda. Hay desde una caja de Nerds de dos kilos o palillos chinos en forma de sable de luz (sí, encienden), hasta moldes para hielo con forma de Lego, Pacman o la Estrella de la Muerte. Si estuviste enamorado de algún videojuego y te encanta beber, temo decirte que este bar será el nuevo dueño de tus quincenas.