Con una entrada que pasa inadvertida, a una calle del nuevo edificio del Senado de la Republica, se encuentra esta modesta cantina… pero no nos engañemos; mira bien quiénes están sentados en las mesas no solamente comiendo y bebiendo, sino quizá decidiendo el rumbo de este país. Hola, señor senador. Hola, señor secretario… Desde su apertura en 2006, la Cuchilleros ha ganado prestigio por la densidad de políticos y empresarios de la zona que suelen venir a veces más de una vez por semana.
Desde el momento en que cruzas la puerta de madera, la bienvenida es muy cálida: en serio que te hacen sentir como si las encuestas te favorecieran. Ya en tu mesa, no paran de ofrecerte deliciosas botanas: que la quesadilla, que la empanadita, que el caldo para abrir el apetito. Miras a los políticos de la otra mesa y los saludas, como si les fueras a ofrecer una curul. Pides entonces una sopa de verduras, austera, no quieres parecer que estás abusando del erario… sobre todo porque viene el muy recomendado Pulpo a las brasas, de presentación sencilla pero excelente cocción y sabor. Y ya que andamos en campaña, pues le entras a los frescos Camarones Panchito, otra especialidad donde cebollitas, ajo entero y chiles toreados acompañan al sabor de estos camarones tamaño arrimón de político.
Cuchilleros, como cantina de categoría, cuenta con todo tipo de licores y la carta de vinos sólo está compuesta de hispanos. Hay que ir con cuidado con la selección que los precios son exorbitantes aun con los vinos simples… oh, pero lo olvidábamos, eso correrá como gastos de representación de tu partido y nadie en el IFAI va a andar viendo qué te bebiste.