Bien dice la canción popular “La Bruja”: qué bonito es volar a las dos de la mañana. ¿Y saben qué también lo es? Salir del bar a esa hora. Pero mientras esperamos que la dinámica madrugadora en los bares de la ciudad se retome, nos quedamos hasta las 10pm volando dentro de Brujas.
Esta nueva apertura yace en la planta baja de “la casa de las brujas”, el edificio en la Roma con techo en forma de pico y donde, cuenta la leyenda, habitaba una chamana de nombre Pachita. El hechizo inicia con un interior de hipnotizantes tonos cobrizos y mucho uso de madera, mientras el resto de los elementos juegan con el misticismo de este concepto mágico: tienen libros de pasta dura sobre las repisas a la altura del techo, taxidermia, artefactos antiguos y botellas de diversas etiquetas que me gusta pensarlas como elixires nocturnos.
Brujas puede visitarse bajo cualquier modalidad: en solitario, con pareja o con el aquelarre (por el momento evitando grupos mayores a cuatro personas/brujas/brujos), aunque desde la barra tienes mejor vista de las manos maestras: cuatro barmaids que alternaron el caldero por maceradores y shakers. Liderado por Gabriela Lozada (Hanky Panky, Pujol) y remarcado con Karen Paz, Ingrid Aparicio y Carmen Uribe, este grupo trabaja coctelería contemporánea y de autor bajo la inspiración de los años 30 y 40, cuya fusión de ingredientes tiene un sentido juguetón en el paladar dependiendo del trago que elijas.
El yellow witch nos llevó a una isla tropical gracias al limón amarillo y cointreau con un aromático jarabe de caléndula y potencia del mezcal, opción ideal si prefieres los toques ácidos y de ligero dulzor; pink solstice lleva un tenor a libro viejo, armado con ginebra de mucha flora y especias, jarabe de betabel, jugo de toronja e infusión casera de salvia que te atrapa en un giro boscoso.
En la selección de piezas complejas y cumplidoras está el strega gialla compuesto por la amargura del strega (licor italiano de hierbas), la corpulencia del ron y el endulzado del shrub de durazno. Quienes no teman de las bebidas ásperas pueden dirigirse al lemon verbena forest martini que acentúa su consistencia extra seca con ginebra con aceite de oliva y cedrón, vermut bianco y dash de solución salina.
Si bien Brujas aterriza como un embrujo más a la creciente oferta de vida nocturna en la ciudad, merece reconocimiento por la minuciosidad en sus combinaciones y la notable investigación tras las pócimas, espacio donde al menos esta bruja puede estacionar su escoba y echar tragos de calidad.