Esta cantina se encuentra en el Centro de Guanajuato, cerca del Teatro Juárez. Por fuera puedes ver las clásicas puertas de bisagra (como si fuera el viejo oeste) y en la entrada está el urinario y lavamanos, conservando la esencia tradicional de este tipo de bares, pero bien adaptados a la actualidad, por ejemplo, aquí las mujeres son bienvenidas.
El bar te alegra los ojos ya que por todas sus paredes tiene murales del muralista local, Juan Villalpando, que posee referencias a Guanajuato que van desde el clásico Don Quijote hasta el muralista David Alfaro Siqueiros. Su poca luz te hace sentir como en un lugar secreto.
La barra sirve cerveza, whiskey, mezcales de sabor y ron, los cuales acompañan con la clásica botana: chicharrones de harina con mucha salsa y limón, por lo que es uno de los favoritos de los estudiantes universitarios de la zona.
En la entrada hay una placa que indica que se abrió en 1917, y la administración del local ha pasado de generación en generación, lo que la convierte en una de las cantinas centenarias de Guanajuato.