No está fuera de proporción el “domicilio conocido”, verdaderamente cualquiera puede llegar si sube, sube y sube hacia el punto más alto del cerro. El museo es feo, por qué no decirlo, pero es más feo que pocos capitalinos lo conozcan, especialmente porque acá pueden entenderse de un modo claro asuntos interesantes, como la ceremonia del Fuego Nuevo o la geografía del Valle de México. Recomiendo mucho visitarlo.
No importa la zona en la que vivas, o la que más frecuentes, a lo largo y ancho de la Ciudad de México hay muchísimas opciones para los interesados en el arte. De Polanco a Iztapalapa y de San Ángel a Tlatelolco, pasando por el Centro, aquí nuestras preferidas.