En vez de heredar su casa a sus hijos o nietos, Siqueiros decidió que tenía que ser un legado para su país, un espacio público de arte para todos. Así, el 29 de enero de 1969, Siqueiros convirtió esta casa en la Sala de Arte Público Siqueiros, la cual serviría tanto para preservar su obra como centro de experimentación, análisis y exhibición de arte público.
Hoy en día, la Sala es un museo proyectado por el arquitecto José Castillo, en donde no sólo se puede apreciar la herencia de Siqueiros en los murales, sino la continuación del pensamiento político y social del arte contemporáneo, en el que además de exposiciones de artistas contemporáneos actuales, hay conferencias, mesas de trabajo y discusiones —como Huevos Revueltos, que sucede el último martes de cada mes y en donde existe una plática entre dos ponentes de temas completamente distintos para llegar o no a una respuesta—.
Por otro lado también cuenta con un centro de consulta e investigación, así como una completa, aunque pequeña, librería, con varias publicaciones de editoriales como Alias, Código, Textofilia, Tumbona, RM, Océano y Jumex.