[image]
[title]De entre los villanos emblemáticos de Batman, Penguin quizás en apariencia sea de los menos peligrosos; sin embargo, es uno de los que mejor representa el espíritu gangsteril de los cómics originales, herederos del cine negro, y de una ciudad gótica que se erige como otra gran protagonista. Esta dualidad, unida a sus oscuros instintos alimentados por un entorno cruel, lo convierte en el vehículo ideal para generar pequeños pasajes narrativos.
En este caso, se aborda el hecho de haber sido despojado de lo que él entendía como dignidad y su búsqueda por recuperar un imperio perdido, lo que remite a un eterno cuestionamiento: ¿es el corrupto equilibrio social normalizado mejor que el caos resultante de acorralar a asesinos y traficantes, reduciendo sus organizaciones corruptas a la mínima expresión, hasta que una nueva y más destructiva cabeza vuelve a llevarlas a la cumbre? Y, por supuesto, también se plantea: ¿cuál es el lugar que ocupa y asume el hombre murciélago dentro de este ciclo de perdición?
Claro que hay algo más en ese transitar en el que Oswald Cobblepot, antes temido bajo el apodo de "Penguin", busca multiplicar la única bala y el revólver que le acompañan. A través de una serie de reencuentros que, a veces, terminan en sangre y muerte, se despliega una exposición impregnada de patetismo y un dejo de tristeza, que hace eco de una aristocracia avejentada. Esta aristocracia interpreta el comportamiento humano y ostenta un irónico discurso sobre el honor, la lealtad y el respeto entre criminales.
Penguin vuelve a poner en juego su particular habilidad para escoger y utilizar a las personas, diciendo lo indicado para conseguir nuevos compinches y recuperar viejos aliados. Sin embargo, lo único que siempre representan son instrumentos y herramientas para alcanzar sus objetivos, porque, como se le dice en una de las charlas: a él siempre le han importado más las cosas que las personas
En "Batman: One Bad Day – Penguin", la trama escrita por John Ridley, conocido por "Superman: Red and Blue", es sencilla. La inclusión de Lili “Buster”, quien se convierte en la pieza clave para la misión, es un recurso bastante simplista. El arte de Giuseppe Camuncoli, reconocido por "Hellblazer", se mantiene en lo cumplidor del estilo tradicional, hasta que encuentra sus mejores momentos cuando el lado animal del personaje explota. Sin embargo, lo realmente entretenido son las situaciones mismas y la claridad con la que se dimensionan la personalidad y las motivaciones de Oswald, hurgando incluso en su pasado. Esto le otorga suficiente atractivo para cualquier fan del universo del Hombre Murciélago o del villano en cuestión, a quien no podemos despojar de su estatus como clásico.
En cuanto a la edición traída a nuestro país por Panini, es una pieza de verdadera colección, luciendo pasta dura y con las portadas alternativas incluidas.
Te podría interesar más contenido del autor: Spiderman Blue- Su primer gran historia de amor